Quart y Ribarroja se medían esta tarde en el Municipal de Quart de Poblet para dar el pistoletazo de salida a la liga en el grupo II de Regional Preferente. Típico partido de verano donde los fallos abundaron más de la cuenta, los goles escasearon por falta de acierto y las fuerzas flaquearon antes de lo previsto.

El encuentro tuvo poco que contar en cuanto a ocasiones se refiere. Los primeros instantes de partido no tuvieron dueño, y la posesión se veía constantemente interrumpida pese al gran ritmo del juego desplegado por ambas escuadras. La igualdad reinó durante los primeros 45 minutos con pequeños intervalos del juego donde el Ribarroja, gracias a su calidad individual y grupal, desarrolló un mejor juego, aunque fueron cortos espacios de tiempo.

Las ocasiones más claras del primer tiempo fueron para el Quart. Los locales rozaron con los dedos el 1-0, pero el guardameta visitante Ángel estuvo ágil para estirarse y atrapar el esférico cuando el ariete local se preparaba para finalizar el uno contra uno. Otra acción interesante para los locales fue a la contra, cuando la vaselina de Utrilla se marchó por encima de la portería por muy poco.

En la segunda mitad el Quart no gozó de tantas ocasiones, sino que fue el Ribarroja quien demostró mayor peligrosidad. Fue a partir del minuto 70 cuando las fuerzas se desigualaron a raíz del cansancio físico de los pupilos de Alberto Montes, quienes pagaron caro la presión alta realizada al Ribarroja. La posesión cayó del lado visitante, que aprovechaba cada jugada para darle el esférico a Jonás, uno de los hombres con más talento del Ribarroja –si no el que más-, pero la zaga del Quart fue suficientemente intensa como para detener cada intento del extremo visitante.

Nacho Lozano gozó, también, de una oportunidad muy clara cuando realizó un disparo desde la frontal que rozó el larguero. Los acercamientos en los instantes finales se sucedían, pero las fuerzas también flaqueaban en las filas de Alejandro San Isidro, por lo que los ataques fueron menos claros. Finalmente, 0-0 que no satisface a nadie y que sirve como primera toma de contacto tras un largo verano.