Partido en el que el Valencia Mestalla mereció mucho más que un punto por la cantidad de ocasiones favorables que acumuló en área rival. Sobretodo la última, en el descuento, en botas de Jordi Escobar que sin portero no logra marcar. Reportaje Fotográfico: Sonia Simón.

Arrancaba el partido en el Antonio Puchades y lo hacía bajo un capote de nube que amenazaba lluvia y que lo hacía con un Valencia Mestalla que salía valiente a por su rival. Pasados los primeros 10 minutos de encuentro, el Nàstic tuvo una llegada con peligro que causó el córner del cual llegaría el primero del partido. Saque de esquina colgado al segundo palo que remataba libre de marca Juan Rodríguez. Con el partido cuesta arriba desde el principio, el Valencia Mestalla pasó de jugar al contragolpe a embotellar al conjunto catalán en su campo y buscar superioridad por bandas para generar balones colgados al área en busca de rematadores como Jordi o Sergio.

Pasado el ecuador de la primera mitad, y con el resultado en el marcador que daba ventaja por la mínima al Nàstic de Tarragona, el dominador del partido estaba siendo claramente el conjunto local, que llegaba al área rival pero no podía traspasar el muro que tenía montado el equipo catalán. Un equipo catalán que esperaba replegado atrás al Valencia Mestalla y buscaba salir rápido al contraataque cuando los locales perdían la pelota aprovechando la velocidad de Pedro Martín y Habrán. Ya cerca del descanso, el Valencia Mestalla aprovecharía una buena transición ofensiva para colgar un balón al segundo palo que aprovecharía Carlos González para asistir de cabeza a Jordi Sánchez que hacía el 1-1.

Ya en la segunda mitad, el partido parecía no haber tenido descanso, puesto que el Valencia Mestalla había comenzado los segundos 45 minutos de la misma forma que acabó los primeros: encerrando al Nàstic. Durante los primeros minutos era el Valencia Mestalla el dominador de las ocasiones, del balón y prácticamente en su totalidad del peligro. Pasado el minuto 70 de encuentro, el Nàstic ya había realizado todos sus cambios y el filial valencianista acometía sus primeras sustituciones, todas ellas ofensivas en busca del gol de la victoria.

Con el equipo local echado en terreno rival, el Nàstic gozó de ocasiones para hacer contragolpes peligrosos que, momentáneamente, detenía la zaga che. Menos de diez para el final del partido, y el en el césped subía la temperatura, los roces y el contacto físico entre los futbolistas que veían como se les acababa el tiempo. Sin tiempo para más, quedó todo en empate.Con este resultado, el Valencia Mestalla sigue sin conocer la victoria en casa pese a dejar muy buenas sensaciones sobre el verde. Por otro lado el Nàstic se lleva un buen punto de la ciudad deportiva de Paterna.