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VALENCIA CF | El mercado de la discordia

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Mateu Alemany, Peter Lim y Marcelino García

VALENCIA CF | El mercado de la discordia

Mateu Alemany, Peter Lim y Marcelino García

El mercado de fichajes que se cerró en la noche de este lunes 2 de septiembre pasará a la historia de la etapa de Meriton al frente de la mayoría accionaria del Valencia CF, como el verano en el que se dinamitó la relación cordial que había existido desde que en mayo de 2017 decidieran contratar al entrenador asturiano Marcelino García Toral para reflotar un proyecto que navegaba a la deriva por las malísimas decisiones tomadas por la propiedad. Unas decisiones que habían llevado al club blanquinegro a convertirse en un equipo de media tabla de la primera división española. La relación entre el máximo accionista, Peter Lim, y el entrenador del valencianista, está absolutamente deteriorada del mismo modo que se ha visto muy tocada la confianza del asiático en el director general que contrató a Marcelino, el mallorquín, Mateu Alemany.

El motivo que ambas partes esgrimen para explicar la tensión vivida durante este verano y que ha provocado un distanciamiento casi irreconciliable pasa por las diferentes maneras de ver la planificación deportiva para confeccionar la plantilla de esta recién iniciada temporada 2019-20. Durante los dos veranos anteriores, los primeros de Marcelino y Mateu, las decisiones en materia de fichajes siempre habían correspondido a ellos. Ellos elaboraban una lista de preferencias y elegían al jugador que se fichaba en función de las necesidades que ellos mismos decidían.

Durante esos dos primeros cursos Peter Lim y su asesor deportivo, Jorge Mendes, se habían dedicado a ser meros comparsas que daban el ‘ok’ a los fichajes que se decidían desde Valencia. De hecho, uno de los motivos que Meriton utilizaba el pasado curso cuando el equipo no era capaz de ganar partidos  y cuestionaban la continuidad del entrenador era que «le habían fichado todo lo que había pedido» -a Marcelino-. Eso este verano no ha sido así pero también es cierto que el asturiano ha tenido capacidad para elegir casi todos los fichajes que han terminado reforzando la plantilla.

En total han sido ocho los fichajes que ha realizado el club de Mestalla este verano con las llegadas de Cillessen, Maxi Gómez, Cheryshev, Vallejo, Jorge Sáenz, Jaume Costa, Jason, Mangala y Correia. De esos nueve, el técnico ha tenido influencia directa en al menos los tres primeros, siendo Vallejo y Jason apuestas de la secretaria técnica, uno de futuro y el otro por venir libre y ser un activo para el club. Jaume Costa fue una solución en el mercado ante la necesidad de un sustituto para Gayá, pero la petición de Marcelino fue el jugador del Espanyol Didac.

Sin embargo, el gran motivo de las discrepancias no ha sido el lateral izquierdo. Los problemas que ya no tuvieron retorno comenzaron al principio del verano cuando se hablaron de las tres posiciones básicas a reforzar que eran la del central, mediocentro polivalente y un delantero. Para Marcelino hacía falta un cuarto central y no un central de primer nivel porque ya tenía esa posición cubierta con Paulista, Garay y Diakhaby y su petición era el zaguero del Alavés, Víctor Laguardia, mientras que Peter Lim quería fichar a su buen amigo, Nicolás Otamendi. El técnico le explicó que para él era un error esa inversión tan alta en un central que la secretaría técnica consideraba ha bajado el nivel y pasaría a ser un problema para el vestuario por venir ganando mucho más dinero que los que estaban y por venir para ser titular casi por decreto.

Los problemas siguieron con la delantera, ya que en Singapur consideraban que Maxi Gómez era una buena apuesta pero les convencía más la opción de invertir en el delantero Rafael Leao que ha terminado saliendo del Lille al AC Milan. De hecho, para el asiático era más interesante traer a Radamel Falcao antes que al uruguayo del Celta porque consideraba al colombiano una opción más contrastada para el ataque. El director deportivo del Galatasaray llegó a conversar con un ex directivo del Valencia CF para preguntarle si de verdad había un acuerdo de los de Mestalla con Falcao porque era lo que le explicaba el entorno del delantero para tratar de no firmar en Turquía como así ha terminado haciendo Falcao.

Si los problemas ya eran evidentes entre las partes, todo terminó por explotar cuando Jorge Mendes le puso en bandeja a Lim, a cambio de 30 millones de euros, la contratación del jugador del Lyon Fekir. Mendes dio por hecho que sería un jugador que gustaría a Marcelino para reforzar el equipo con un futbolista top que podía venir en condiciones de mercado ventajosas ya que sólo un año antes el Liverpool había llegado a ofrecer 70 millones por él. Sin embargo, Marcelino para esa posición tenía otras preferencias como Denis Suárez o Rafinha a bajo coste o Thauvin, Hirving Lozano o Dani Olmo si se podía invertir una importante suma de dinero. Al final de todos esos nombres no ha terminado llegando nadie para reforzar esa posición de centrocampista ofensivo que pudiera dar descanso en un momento dado a Parejo pero que además, sumara calidad y desborde si tenía que partir desde una banda.

La posición de ambas partes fue desde el principio clara pero en Singapur no sentaron bien las constantes negativas a las proposiciones que llegaban desde la propiedad cuando además entendían que eran jugadores para mejorar el equipo y por eso Lim decidió bloquear las operaciones de fichajes y dejar de hacer caso a Marcelino, Longoria y Alemany. Esto derivó en varias semanas de parón que terminaron con la consulta de Alemany a Lim, a través de Murthy de la situación y la respuesta era que Lim había perdido la confianza en ellos. Alemany se vio fuera y preparó todo para marcharse del club con el visto bueno de Lim. Aquello fue el domingo 28 de julio y sólo la intervención de Marcelino que le aseguró a la propiedad que se marchaba si salía Mateu y por supuesto por la respuesta de los jugadores que pidieron la continuidad del proyecto como hasta ahora frenaron la salida del directivo balear.

Desde ese momento, la relación ya no ha sido ni siquiera parecida a la que existía entre las partes y la desconfianza se ha hecho patente cada día en el último mes. Desde ese domingo de final de julio han llegado al Valencia CF tres fichajes, Jaume Costa, Mangala y Correia. El valenciano cedido a coste cero y tanto el francés como el portugués elecciones desde Singapur y de la mano de Jorge Mendes en un claro mensaje de la propiedad que en las última  semanas ha cerrado la puerta a todas las opciones que se han presentado desde Valencia pasando por la negativa de traer incluso como cedido al brasileño del Barça Rafinha, faltando a su palabra como explicó el técnico en rueda de prensa y eligiendo un lateral derecho de futuro e invirtiendo una importante suma de dinero cuando a Alemany y Longoria les hizo saber que sólo podían traer un recambio de Piccini si era cedido. Este mes de agosto además, de demostrar que el peso de los fichajes ya no recae en las personas que Lim confío los últimos dos cursos además ha dejado el culebrón Rodrigo Moreno.

El máximo accionista alcanzó un acuerdo con el Atlético de Madrid para traspasar al jugador por 60 millones de euros sin consultar la opinión de los técnicos que era evidentemente que no lo vendiera por ese precio y a mitad de agosto. El jugador llegó a despedirse de la plantilla y se marchó a Madrid pero la falta de liquidez de los rojiblancos hizo que la operación se frenara. El asiático esperó hasta casi el final y llegó a aprobar una cesión con compra obligada pero los madrileños entonces pidieron la cesión a secas en Mónaco, en el sorteo de la Champions, y ahí se rompió la operación. Sin embargo, la negociación directa de Peter Lim con Jorge Mendes, reconocida por el propio Alemany en rueda de prensa evidenció que los tiempos en el Valencia CF han cambiado y que el proyecto que se construyó desde mayo de 2017 ya es historia.

Ahora la pelota manda y decide. El técnico, Marcelino, ya sabe por boca del director general que cualquier mala racha deportiva del equipo conllevará su despido porque Meriton ha perdido la confianza en su persona y sólo los resultados le pueden aguantar en el cargo al menos hasta el final de su contrato el próximo 30 de junio. Alemany que también apura su último año de contrato y si no pasa nada extraño a final de temporada saldrá del club por sus desavenencias con la propiedad y también lo hará Pablo Longoria que ha ligado su futuro al del balear en agradecimiento a la apuesta que hizo por él al ficharle de la Juve y darle un protagonismo tan importante en un club como el Valencia CF.

El mercado se ha cerrado con nueve fichajes por parte del Valencia CF con una inversión de 76 millones de euros y ha recaudado 57 millones de euros con las ventas de Neto, Zaza, Maksimovic, Vezo y la cesión de Murillo. Es decir se ha realizado una inversión de 19 millones de euros para reforzar un equipo que jugará 4 competiciones y que tendrá los mismos objetivos que el pasado curso.