El partido ante el Mallorca supuso un alivio para Marcelino García Toral y su cuerpo técnico porque la victoria ante los baleares le dio margen y confianza para afrontar el parón de selecciones, tras haber sido incapaz el equipo de ganar en las dos primeras jornadas ante Real Sociedad y Celta. El técnico asturiano no era ajeno a su situación y sabía de antemano, porque así se lo había hecho saber el director general en las últimas semanas, que en el momento que acumulara una mala racha de resultados Peter Lim lo iba a destituir.
Era una información que el cuerpo técnico conocía pero no les suponía un problema porque habitualmente los entrenadores siempre trabajan con la presión de los resultados. Además, Marcelino se sentía muy reforzado por la plantilla y estaba convencido de que iban a firmar un gran inicio de Liga y de Champions ahora después del parón. Marcelino y sus ayudantes comentaban estas últimas semanas que los resultados iban a hacer que los aguantaran al menos hasta el final de temporada.
En ningún caso se esperaba el técnico este despido fulminante y mucho menos sin malos resultados como escudo para el máximo accionista. Sin embargo, la realidad es que Lim tenía decidido echarle y ha activado el botón rojo en cuanto ha acabado el mercado de fichajes. La explicación de porqué el despido ha sido ahora es por el miedo de la propiedad a una desbandada de jugadores si echaban al entrenador con el mercado de fichajes abierto.
Por eso, una vez pasado el dos de septiembre Lim activó el plan y lo ejecutó en el silencio que le otorga maniobrar a 14.000 kilómetros de Valencia. Albert Celades, un técnico sin ninguna experiencia en clubes fue el elegido y ayer fue presentado de manera urgente a la afición y a los propios futbolistas. Apenas una hora después de que se despidiera Marcelino de la plantilla entró en el vestuario el nuevo entrenador para dirigir su primera sesión.
Antes, Marcelino se había emocionado despidiéndose de su plantilla agradeciéndoles todo lo logrado estos dos cursos juntos. El técnico se marchó hundido del que ha sido su lugar de trabajo los dos últimos años porque siente que le han traicionado y no le han dejado seguir con un proyecto que estaba convencido tiene más capacidad de crecer deportivamente.
Alemany, en una situación muy incómoda
La salida de Marcelino no ha conllevado directamente la salida del director general, Mateu Alemany, pero el balear también ha perdido la confianza del máximo accionista y pese a que el discurso de Meriton es que les gustaría que Mateu siguiera la realidad es que le están forzando a marcharse porque le han arrinconado y retirado todas las funciones que tenía. La indemnización millonaria por parte del primero que dé el paso de momento frena cualquier salida pero Alemany sabe que ahora mismo no decide nada, y por eso valora seriamente la opción de negociar su salida de la entidad en los próximos días para el bien de las dos partes.