El Valencia CF se juega en el próximo mes dos cosas importantísimas a nivel deportivo y como siempre económico. Siete partidos en un mes, dos de Champions y cinco de Liga, donde definirá si vuelve siete años después a unos octavos de final de la Champions y donde se verá la situación del equipo una vez llegue la Navidad para intentar una temporada más estar entre los cuatro primeros de la Liga española.
Para esos siete partidos Celades sabe que no contará seguro con Piccini, Diakhaby, Cheryshev y Guedes. Cuatro bajas importantes y que harán mella. Además, a corto plazo no tiene a ningún mediocentro defensivo por las lesiones de Coquelin y Kondogbia, algo que le dificulta muchísimo al técnico hacer un once sin mover piezas importantes y debilitar el equipo.
El problema no viene sólo por la ausencia de los franceses en el centro del campo, el problema se hace mucho más grave porque el máximo accionista, Peter Lim, prefirió hacer caso omiso de los profesionales del fútbol que tenía contratados en agosto, Mateu, Longoria y Marcelino, cuando le dijeron que para paliar la grave lesión de Piccini tenía que fichar un lateral derecho de totales garantías y de rendimiento inmediato porque la temporada iba a exigir dos jugadores por puesto.
El cuerpo técnico sabía positivamente que ni Wass podía jugarlo todo de lateral ni el equipo aguantaría siempre sin echar mano del danés en otra posición al ser el jugador más polivalente de la plantilla. Sin embargo, la apuesta fue por Thierry Correia, un jugador con cuatro partidos de experiencia en primera división de Portugal y que ha sufrido muchísimo en los dos partidos que ha jugado de titular ante Getafe y Osasuna.
Correia es un buen futbolista, un lateral de proyección y con mucho futuro pero ahora mismo está muy verde para ser ya titular en un Valencia CF que necesita ganar partidos cada semana. Celades sabe que el chico tiene potencial pero también sabe que ahora mismo cualquier error que pueda volver a cometer le puede cerrar las puertas de triunfar en Mestalla porque la presión que ya lleva el jugador es alta.
Por eso, en la última jornada en Mestalla con la lesión de Kondogbia y la necesidad de colocar a Wass en el medio, el andorrano metió a Jaume Costa de lateral derecho, aunque es zurdo cerrado, porque el valenciano le ofrece muchas más garantías por su experiencia y su buen nivel, pese a sacarlo de su sitio. En el Villamarín el entrenador valencianista tendrá ese problema y ante el Chelsea también. Serán dos partidos importantísimos, sobre todo el de Champions donde se jugarán el pase a octavos y el lateral derecho estará cogido con pinzas por una decisión excesivamente arriesgada de la propiedad el pasado verano.