El Valencia CF encara las últimas cinco jornadas de la Liga con opciones reales de descender de categoría y con el miedo en el cuerpo de sus aficionados, por ver la dinámica del equipo durante toda la temporada pero sobre todo en el último mes en el que no ha conseguido la victoria para cerrar la salvación y poder vivir con tranquilidad el tramo decisivo del campeonato.
El domingo el Barça visita Mestalla jugándose la Liga y los valencianistas saben que dependiendo de los resultados podrían meterse en el lío si no son capaces de al menos sumar algún punto ante los de Koeman. Gracia prepara el choque del domingo con la ausencia de Correia y con la duda de Carlos Soler y sabiendo que su periplo en el banquillo valencianista tiene los días contados porque el club está esperando el final de la Liga, para abonar los 500.000 euros que hay que pagarle al técnico navarro, que podría pagar él pero que no pasará, para que no cumpla el segundo año de contrato que firmó el pasado verano.
Que Gracia no seguirá está más que decidido hace meses cuando el técnico criticó a Meriton y pidió salir del club. El único motivo por el que se ha aguantado al técnico en el banquillo durante toda la temporada ha sido ese, económico. El club siempre ha remitido al técnico a marcharse sin cobrar y pagando una penalización pero Gracia nunca ha aceptado ese trato y ha esperado que si lo echaran le pagaran o como en octubre cuando planteó marcharse dejando de percibir una parte del contrato.
Ahora, que ya se empiezan a barruntar nombres para el banquillo de Mestalla, del mismo modo que empiezan a aparecer infinidad de nombres para reforzar el equipo de cara al próximo curso, se empieza a divisar una temporada más el descontrol que provoca en un club de élite que todo pase por las decisiones de un señor que está a 14.000 kilómetros de donde se deben tomar las decisiones realmente. Peter Lim no ha variado un ápice su manera de proceder desde que despidió a Mateu Alemany y su actual director deportivo, Anil Murthy, ejecuta sus órdenes sin poner pegas. Por ello, pese a que hay candidatos claros para el banquillo, también es cierto que hay varios candidatos firmes y que parecen los más deseados porque hay varias cabezas que hablan en primera persona como el Valencia CF.
Diego Martínez es el candidato de Corona, Bordalás de Murthy y faltan los de Lim y Mendes
En el caso del banquillo, por un lado está el secretario técnico, Miguel Ángel Corona, que ha realizado sus informes y que ha llevado a cabo conversaciones personales con varios entrenadores de los que ha recogido información, su candidato es Diego Martínez, el técnico del Granada, pero tiene varias opciones más. Sin embargo, el presidente de Meriton en el Valencia CF, Anil Kumar Murthy, también tiene su voz y voto y por eso él ha iniciado su ronda de contactos con entrenadores futuribles como hizo el pasado verano. En enero dejó cerrado un acuerdo con Míchel González que se dio en un encuentro personal entre el presidente y el ex jugador del Real Madrid. Michel sigue siendo una opción porque a Anil le convenció en persona. Sin embargo, este verano el abanico se vuelve a abrir y ahí vuelve a aparecer el técnico que él quería el pasado verano, Pepe Bordalás. El entrenador del Getafe es una técnico que a Anil le agrada por sus enfrentamientos con Marcelino el año de la Copa tanto en la competición copera como en Liga. Es su favorito pero el año pasado el valenciano no pudo liberarse del contrato como le pidió Anil porque en agosto disputó la Europa League.
Bordalás es el candidato que más le giusta a Murthy pero ni mucho menos es la decisión final, porque a los candidatos de Anil y Corona siempre hay que sumar los candidatos de Peter Lim y Jorge Mendes. Ese siempre es el paso definitivo, y el máximo accionista siempre recibe directamente en su mesa en Singapur el ofrecimiento de entrenadores y jugadores que él mismo valora.
Es decir, a falta de un mes para que acabe la temporada y con la incertidumbre que genera el Valencia CF, el rechazo que tiene el asiático Lim por parte de la gran mayoría de la afición y a la espera de saber que ocurrirá con los movimientos que existen alrededor del club para un posible cambio de manos de la mayoría accionarial, lo que es una evidencia es que en apenas un mes, el valencianismo entrará de nuevo en la fase ‘falta el ok de Lim’ que tantas veces ha dinamitado el futuro del Valencia CF.
