Rubén Baraja se ofreció para coger el peor Valencia CF de la historia reciente y lo hizo por convicción en su capacidad para poder salvar al equipo que hace un mes parecía algo casi asegurado por la racha en la que andaba metido el equipo.
El vallisoletano insistió dentro de sus posibilidades para que el club le eligiera a él como nuevo técnico tras las marcha de Gattuso y las dudas de Voro. Y lo consiguió seguramente por las facilidades que otorgó al club, con un contrato de cinco meses y por lo atractivo que resultaba para el club y principalmente, para Meriton, tener una cara tan amable para el valencianismo que pudiera hacerles de escudo, ante el peor momento social desde que llegaron, y eso que ha habido ya muchos complicados.
Baraja sabía que el ambiente social era complicadísimo pero tuvo claro que podía salvar al equipo con mejoras defensivas y Mestalla enchufado. No quiere hablar de próxima temporada
El club quiso hacer suya la elección, pero la realidad fue bien diferente porque fue Baraja el que insistió, y la primera opción del Valencia no fue el Pipo. Sin embargo, las circunstancias colocaron al Rubén al frente del banquillo con su amigo y ex compañero, Carlos Marchena. Baraja se pasó las casi dos semanas que duró el casting comentándole a su gente cercana que estaba convencido del reto y de que salvaría al equipo.
Su receta era clara; Mejorar defensivamente al equipo y enchufar a Mestalla. Con esas dos cosas estaba convencido de que sería suficiente para conseguir la salvación. De momento, ha conseguido ambas y principalmente en el estadio valencianista, donde ha ganado los dos partidos, porque se ha dejado la portería a cero. De hecho, desde que Baraja cogió al equipo a mediados de febrero, esta es la primera vez que el equipo acaba una jornada fuera de los puestos de descenso. Eso sí, empatado a puntos con el decimoctavo, el Getafe, y sabiendo que queda mucho sufrimiento por pasar.
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Ante la mejora que ha experimentado el equipo, hay quien ya empieza a hablar de futuro y de lo que podría ser el equipo con estos conceptos desde el principio de una temporada y dándole una proyecto, además, de empezar a decirse en los mentideros internos del club que ahora la plantilla está rindiendo más acorde al nivel que tiene. Algo que Baraja prefiere ni comentar porque está únicamente focalizado en el presente.
Baraja no quiere saber nada que no sea el próximo partido. El Metropolitano el próximo sábado es su única preocupación. Su gente cercana lo afirma categóricamente. NO quiere saber nada del futuro. Cogió al equipo sabiendo que estas eran las condiciones y sabiendo el complicadísimo ambiente social, pero eso no le ha restado ni un ápice de la ilusión por triunfar en el banquillo de su vida. Por eso, pese a que parece haber conseguido el camino para salvar al equipo, principalmente desde Mestalla, la idea de Baraja, que por supuesto querría alargar mucho su presencia en el banquillo valencianista, ahora mismo Rubén ni siquiera se plantea la opción de una negociación.
Sabe que Lim tiene totalmente quemada su imagen para el valencianismo y que vincularse a este Valencia CF es peligroso. Por eso, ahora mismo, sólo quiere hablar de presente. Salvar al equipo es su único objetivo.