El Valencia CF ha visto como en las últimas semanas han aparecido en el primer equipo tres jugadores que han sido absoutlamente clave, para que el equipo que entrena Rubén Baraja vaya a llegar a las últimas jornadas con bastantes mejores previsiones de salvar la categoría que hace un mes.
La aparición de Javi Guerra, Diego López y Alberto Marí ha sido caída del cielo para el primer equipo. Los goles de Guerra y Alberto Marí, más la asistencia de Diego en el primer gol de Kluivert en Vigo, le han dado al Valencia seis puntos que son más de media salvación y que han llegado justo en el momento de más tensión y más presión para la entidad.
Sin embargo, hay que matizar que estos chicos no han caído del cielo, llegaron a la cantera valencianista fruto de un trabajo de personas que en los últimos tiempos se han visto envueltos dentro del desastre que es la entidad, pero que sin embargo, son seguramente de lo poquito que queda en el club con un trabajo al nivel de lo que es el Valencia CF.
El pasado verano del club ingresó cerca de medio millón de euros que pagó el Olympique de Marsella, de Pablo Longoria, para llevarse como director de su escuela a Marco Otero. Bajo la dirección del suizo llegaron todos estos chicos a la cantera valencianista y se marchó porque recibió una muy buena prpouesta de uno de los grandes de Francia. Otero también acumuló críticas, algunas de ellas muy dirigidas por sus decisiones con jugadores juveniles.
Diego López y Alberto Martí fueron apuestas claras de Otero y su gente, y Javi Guerra llegó tras los informes muy favorables que preparó Salva Grau, scouting valenciano, que ya salió del club y que ahora trabaja para el Barcelona. Otros dos nombres propios son Luis Martínez y José Jiménez. Ambos siguen trabajando en el club, y de hecho, en ocasiones, pasan de puntillas, o incluso reciben ataques malintencionados de algunos que buscan cabezas visibles en una academia que evidentemente funciona.
En las últimas fechas se pone en duda la capacidad de la Academia, que no para de sacar jugadores que dan rendimiento y ahora han sido claves para tener aire en la Liga
Otro nombre que hay que apuntarles en su haber es el de Giorgi Mamardashvili. El portero georgiano llegó tras un trabajo de equipo, Otero, Martínez y Jiménez. Ellos ficharon a Mamardashvili y nadie más. Toda la operación la hicieron ellos. Y ese trabajo debe ponerse en valor, del mismo modo que se ha conseguido dar la vuelta a la situación con el filial que ha recuperado una categoría de las dos que perdió, y que este domingo selló su clasificación para el playoff de ascenso a 1RFEF. Del mismo modo que el juvenil ha ganado la Liga de División de Honor.
Ahora está de moda mirar a Paterna por las actuaciones de Marí, Guerra y López, pero ese trabajo se hace y no es justo que la mala planificación que hay en el club con el primer equipo, pese con jugadores como Yarek, Facu o Mario Domínguez. Con esos jugadores, todos de mucho talento, se dice que no hay proyecto para ellos. Y la realidad es que no hay proyecto porque esos chicos te están reclamando verse cerca del primer equipo y a poder ser en dinámica de primer equipo. Y eso, únicamente depende del primer equipo. Ahí, es donde está el problema, ya que la planificación del primer equipo no existe. Todo es improvisación y decisiones sin sentido llegadas desde Singapur.
Hay quien ha querido hacerle creer a LayHoon que con una cabeza fuerte en la Academia las cosas pueden mejorar, pero la realidad es que donde tienen que mejorar es en el primer equipo y no en la Academia.
