El Valencia CF está maniatado en el mercado de fichajes porque la situación económica del club es más que delicada como la propia entidad trasladó a través de la prensa desplazada al mini stage de pretemporada del equipo en Suiza, a finales del pasado mes de julio. Allí, la cara de la presidenta era un poema a la hora de hablar de la bajada de ingresos, principalmente por los derechos de televisión, donde el club tendrá unas perdidas de entre 7-8 millones de euros, más lo que le cobra el fondo de inversión ‘CVC’ con el que se suscribió un préstamo participativo a devolver en 50 años, y que ahora te consume el 11% de lo que ingresas anualmente por la TV.
El valencianismo había aceptado con resignación que otra vez el verano iba a ser largo y que los fichajes tardarían en llegar. De hecho, desde el club se había lanzado la idea de que se había conseguido equilibrar los gastos con los ingresos y que la Liga ya permitía la inscripción de todo lo que el club liberara. Esa noticia, fue motivo de casi euforia a principios de julio, porque además, se quiso reforzar la visión de que bajo la gestión de la gente que está en Valencia, junto a la presidenta Layhoon, el club estaba mejorando las cosas.
Pero nada más lejos de la realidad. Fue otra cortina de humo, fue otra mentira más que coleccionar para un aficionado, el valenciansita, que ha recibido una condena absoluta con Peter Lim como máximo accionista del club. El plan estaba claro y lo conocían a la perfección en el club. Lo sabía Layhoon, que se marchó cinco semanas a Singapur una vez finalizada la Liga, y lo conocía en gran parte el ‘local management’, termino acuñado para definir a los trabajadores con cargo en las oficinas de Valencia.
Lim dejó claro que había que rebajar el coste de plantilla porque no hay tesorería y luego en los pagos llegan los problemas y se ve obligado a poner dinero
Peter Lim marcó claramente las líneas de lo que sería la temporada 23/24 en el último viaje a Singapur de los ejecutivos junto con la presidenta. Y en el mes que la asiática estuvo en Singapur eso estaba más que claro, pero desde el club se prefirió elegir el camino del corto plazo, casi el día a día. La información que emanaba de la entidad era que en cuanto hubiera salidas, habría llegadas porque el problema era de espacio en el control económico de la Liga, conocido como el FPF. Se afirmaba con rotundidad que en cuando se dieran salidas, habrían llegadas.
Sin embargo, saltó la realidad y en menos de una semana se supieron dos cosas que han evidenciado que el plan que se trasladaba en valencia no era el que tenía Lim en su cabeza. En primer lugar, se conoció que el club seguía limitado en el FPF mientras no consiga vender por 25 millones netos, cantidad que no ha alcanzado, debe rondar los 24 millones pero necesitaría una venta importante para sumar margen, y principalmente, la realidad más dura y la que va a ser difícil superar si Lim no cambia de opinión e los próximos 22 días. Lim les marcó exigencia, que se rebajara el coste de plantilla de la temporada 23/24.
El problema principal viene derivado por la falta de liquidez que tiene la entidad y la deuda que acumula. Los pagos inmediatos ahogan al club, que a 30 de junio tenías más de 50 millones de euros de pagos que tuvo que diferir por no poder atenderlos. Además, según las últimas cuentas oficiales del club, a 30 de junio de 2022 el club tenía una disponibilidad en caja de 55.000 euros. Es decir, una tesorería de 55.000 euros, para un club de fútbol con gastos mensuales de millones de euros. Ahí, en la falta de liquidez es donde reside el problema y donde Lim ha pegado el tijeretazo porque no quiere invertir. Lim tuvo que poner el año pasado 35 millones de euros para poder atender pagos y este año, deberá volver a poner. Pero cuanto menos tenga que poner mejor para su bolsillo, por eso ha paralizado las operaciones.
El asiático les puso esa condición como exigencia para hacer el equipo y por eso tras las compras de Pepelu y Cenk, la del turco no consultada al entrenador y posiblemente también impuesta al director deportivo, no ha autorizado ninguna operación de llegada más, pese a tener acuerdos cerrados por cantidades irrisorias. Tras las salidas de Cavani y Yunus el club trasladó que los fichajes se iban a activar, porque la realidad marca que la Liga ya les daba luz verde para inscribir las dos operaciones cerradas, Amallah y Sergi Canós.
El ‘management local’ intentó tras la salida de Yunus, pagar los 250.000 euros que le habían prometido a Sergi Canós que iban a pagar por él para desbloquear la operación con el Brentford pero Lim dijo rotundamente no. Del mismo modo, que dijo rotundamente no a activar el intercambio de cesiones de Marcos André por Amallah. El motivo, intercambiar a jugadores no rebajaba el coste de plantilla y firmar a Canós lo aumentaba. Es decir, hay que seguir liberando fichas antes de que haya luz verde desde Singapur. Por eso, no se permitió a Canós rebajar su salario 250.000 euros para que el club los pusiera, porque ese dinero debía salir de una caja que ahora mismo no tiene el dinero y porque su fichaje ahora, aumenta el coste de plantilla.
Lim está convencido de que los jóvenes pueden hacer un buen papel en la Liga como ya hicieron al final de la pasada temporada
Lo que se traslada desde el club a Rubén Baraja es que tras las salidas de Cavani y Yunus se intentó estas operaciones y que la presidenta siente impotencia por no haber conseguido convencer a Peter para hacer los fichajes, y seguir trabajando en las salidas de Castillejo, Racic o Cömert. En realidad lo que el entrenador conoce es que habrá bastantes dificultades para poder reforzar el equipo y que Peter Lim piensa que los jóvenes pueden hacer un buen papel en la Liga como ya hicieron en el tramo final de la temporada. Eso es algo, que al entrenador le ha llegado por la vía de la presidenta.
Baraja por su parte está centrado en el inicio de la Liga en Sevilla y prefiere centrarse en ello. Ahora bien, esperará a que el mercado finalice para dar su versión. De momento no ha escondido que le faltan 5-6 fichajes, y él mismo sigue trabajando y convenciendo a los jugadores con los que hay acuerdos para que sigan esperando. Los casos de Canós, Amallah y Mir son casos que el entrenador se ha involucrado personalmente y confía en que como mínimo puedan llegar los tres.
