Los hombres de Javi Torres han completado de forma sobresaliente un nuevo curso que no arrancó del todo bien pero que ha terminado de la mejor manera posible, colocados en la parte alta de la tabla.
No es ninguna sorpresa ver al Villarreal C tan alto en la clasificación una vez que el telón del curso 2014/2015 se ha cerrado. Y es que la fábrica del Submarino Amarillo sigue demostrando su alta capacidad para sacar jóvenes baluartes a base de apostar firmemente en la confianza de unos jugadores todavía en proceso de formación pero con una ambición por llegar a la élite del fútbol español desbocada, algo que hace que temporada tras temporada el rendimiento de la cantera del club ‘groguet’ sea sensacional, como es el ejemplo del Villarreal C.
Habiendo terminado la campaña en la cuarta plaza –que les hubiese permitido disputar la promoción de ascenso a Segunda División B de no ser porque en dicha categoría se encuentra el Villarreal B- con 62 meritorios puntos (17-11-12) los pupilos dirigidos por Javi Torres, que cogió las riendas del vestuario este verano después de subir al Valladolid B a la competición de bronce del fútbol español, han sido una de las sensaciones de esta temporada, ya que practicando un juego atractivo han conseguido resultados en una liga tan competitiva y disputada como es esta del Grupo VI de Tercera División, en donde la experiencia y veteranía de los futbolistas suele ser un grado más que importante para obtener frutos, y eso es algo que la mayor parte de la plantilla del Villarreal C carecía, pues ésta la completaban jóvenes futbolistas, la mayoría salidos del Juvenil de División de Honor, como es el caso, entre otros, de Maldo o Aleix (en la foto).
Sin embargo, una vez superados los problemas de adaptación a la categoría, en donde no lograron carburar hasta mediados de noviembre, el equipo castellonense puso la directa para de esta forma terminar la primera vuelta saliendo del descenso y posicionado en una decimoquinta posición que se les quedaba corta, sobre todo a la hora de comparar su juego sobre el césped con los resultados cosechados, pues no conseguían transformar su dominio en goles, algo que buscaron cambiar tras el cierre del mercado, en donde los jugadores dieron un paso adelante y sacaron todo su potencial a relucir. De hecho, el Villarreal C –tras la derrota la primera semana de febrero ante el Cullera- computó hasta final de campaña nada menos que nueve victorias, tres empates y sólo tres derrotas que les permitieron catapultarse en la clasificación hasta meterse de lleno en la zona alta, siendo debido a su situación de segundo filial el gran juez de la promoción, ya que en los tres últimos choques ligueros vencieron al Orihuela (1-3), cayeron frente al Atlético Levante (1-4) y empataron contra el Ontinyent (0-0), posibilitando que los de La Vall d’Albaida entrasen en ‘play-off’ en detrimento de los oriolanos.
Una de las claves de este despegue ‘groguet’ en el tramo final de la temporada fue sin duda su encuentro con un gol que se les había resistido en exceso durante los primeros meses. No obstante, la racha de Cristian Herrera -que ha terminado con 14 tantos en su haber- les permitió alcanzar estas cotas tan altas, acabando incluso con 60 dianas a favor –sólo por detrás de Novelda, Castellón y Atlético Levante-. Ante semejante escenario de aspectos positivos, el club que preside Fernando Roig ya se ha puesto manos a la obra para confeccionar otro proyecto competitivo para una temporada próxima en la que darán el salto muchos futbolistas de un Juvenil A que este curso ha conquistado el doblete al proclamarse campeón de liga del Grupo VII de División de Honor y vencedor –por primera vez en la historia de la entidad castellonense- de la Copa de Campeones, por lo que Javi Torres tendrá que afrontar de nuevo un muy atractivo reto en el caso de que llegue a un acuerdo con el club para su renovación, algo que va por buen camino de ser así pero que no es oficial al faltar todavía algunos flecos por pulir.
