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Orellana frustra al Villarreal CF en el descuento

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Orellana frustra al Villarreal CF en el descuento

Cuando más duele. El Villarreal perdió un punto de Ipurua en un descuento de infarto y en un partido complicado en el que el Submarino sufrió, en especial en la primera parte, y en algunas fases del segundo acto. El Eibar creó más y mejores ocasiones, no en vano, el meta Sergio Asenjo salvó a los suyos con varias acciones de verdadero mérito. El atacante azulgrana Kike García abrió el marcador al cuarto de hora de la reanudación, su primer gol esta temporada, y Gerard Moreno empató en el 88′. En la recta final pudo pasar de todo. Ambas escuadras tuvieron opción de marcar el gol del triunfo, Orellana y Oliveira gozaron de las más claras en los locales y Toko Ekambi pudo anotar la diana que consumara la remontada grogueta, pero quien marcó fue Orellana en el 95′ quien dio el susto final en plena noche de Halloween. Foto: LaLiga

El técnico Javi Calleja realizó rotaciones, concretamente cuatro fueron las permutas con las que saltó el Submarino al terreno de juego de Ipurua en relación al once que venció al Alavés el pasado viernes en La Cerámica. Quintillà entró en el lateral zurdo por el lesionado Alberto Moreno, Manu Trigueros suplió a Santi Cazorla en el centro del campo, y Chukwueze y Ontiveros actuaron como novedades en bandas en detrimento de Gerard Moreno, máximo goleador de la liga junto a Loren y Benzema en la previa, y Moi Gómez. El conjunto amarillo formó con un 4-3-3, con Asenjo en portería; Mario Gaspar, Raúl Albiol, Pau y Quintillà en la línea de retaguardia; Vicente Iborra y Zambo Anguissa con Manu Trigueros, por delante, en el centro del campo; y Chukwueze, Ontiveros y Toko Ekambi en ataque.

El ritmo del encuentro fue elevado desde el pitido inicial, como en todo partido que se precie en Ipurua. Los locales, mucho más necesitados que los groguets, llegaban al duelo a un solo punto de los puestos de descenso a Segunda División, gozaron de mayor dominio, en especial en campo contrario, aunque ese control no terminó de traducirse en ocasiones claras de gol, les faltaba precisión en el último pase a los armeros. No fue hasta el minuto 18 cuando Orellana, tras un rechace de la zaga visitante, dispuso de la primera oportunidad de gol, con un disparo desde fuera del área que se marchó alto rozando el larguero.

El empuje local impidió que el Villarreal encontrara su fluidez habitual, no es Ipurua un campo ni mucho menos asequible para el Submarino, no en vano únicamente había ganado en una de sus doce visitas al mítico estadio eibarrés. Tenía trabajo el centro del campo groguet en la contención y la defensa para achicar balones, nada nuevo bajo el sol teniendo en cuenta el estilo de juego directo del cuadro vasco. Lo cierto es que estaba más cerca el 1-0 que el 0-1. Kike García conectó un centro de De Blasis, desde la banda derecha, pero el cuero se fue por encima de la meta defendida por Asenjo.

El equipo de Mendilibar seguía buscando el juego aéreo, la segunda jugada con los ataques que más le gustan, los centros desde la banda, pero el peligro no solo llegaba así, sino con disparos desde media distancia, como el que efectuó Diop, que no encontró portería por poco. El ariete local Kike García también tuvo la suya, pero su flojo remate lo atrapó Asenjo sin problemas, tres cuartos de lo mismo hizo Orellana al borde del descanso. Pero la última gran oportunidad del primer tiempo la protagonizó el Villarreal, con un remate de Chukwueze, previa asistencia de Toko Ekambi, pero el nigeriano envió el balón a las nubes.

La segunda mitad se inició con la misma tónica, si bien es cierto, el Villarreal ganó protagonismo en ataque, de hecho, en la primera acción ofensiva de la reanudación Chukwueze y Trigueros estuvieron cerca de conectar un balón en el interior del área. Algo parecido le sucedió a Kike García, pero Pau salió al cruce de forma providencial para deshacer el peligro local. Estaba abierto el duelo, a pesar del empate inicial que campeaba en el marcador. Ekambi se plantó solo ante el portero, una oportunidad franca de gol, pero el colegiado cobró una rigurosa falta en ataque del delantero camerunés en un forcejeó con su marca. No había un dominador claro sobre el terreno de juego en la segunda mitad, un contexto que no amenazaba lo que iba a ocurrir pasado el primer cuarto de hora de la reanudación. Un córner botado a la izquierda de la meta defendida por Asenjo lo cabeceó a la red de forma inapelable Kike García, poco pudo hacer el arquero amarillo más allá de ver como el cuero entraba por la escuadra.

El gol provocó las dos primeras sustituciones de Javi Calleja, el entrenador madrileño movió ficha, dio entrada a Moi Gómez y Gerard Moreno, que relevaron a Ontiveros y Manu Trigueros respectivamente. El conjunto de la Plana Baixa mutó su esquema táctico a un 4-4-2, con Chukwueze y Moi Gómez en bandas y Toko Ekambi y Gerard Moreno formando tándem en ataque. Le hacía falta más magia en el centro del campo al equipo amarillo, más juego para dar fluidez al fútbol groguet, así lo entendió Javi Calleja, que completó su cupo de cambios con el as que se guardaba en la manga, Santi Cazorla, que entró al terreno de juego en sustitución de Zambo Anguissa. Más fútbol, menos músculo. Un cambio ofensivo en la zona de máquinas, no quedaba otra. Pero quien se acercó a la puerta contraria fue el Eibar, Orellana, con un chut escorado, obligó a intervenir de forma providencial a Asenjo para evitar el 2-0. Paradójicamente, el cuadro azulgrana creó más peligro en la recta final, la entrada de tres pilares de la plantilla grogueta no propiciaba ni dominio ni ocasiones. Sí que achuchaba el Eibar, que se encontró con el travesaño en un latigazo de Kike García en el minuto 80 y, a renglón seguido, Orellana, muy activo durante todo el choque, probó fortuna con un tiro colocado desde lejos pero el cuero no encontró portería. Inui y Expósito también asediaron la meta visitante.

Pero quien perdona lo termina pagando y eso le pasó al conjunto vasco, al menos de forma provisional. Y es que los goleadores aparecen cuando más lo necesita su equipo, dicho y hecho. Gerard Moreno, en el minuto 88, conectó un pase filtrado al espacio a la espalda de la defensa rival de Pau para marcharse en carrera y superar a Dmitrovic con una vaselina e igualar a puerta vacía. El ariete amarillo vuelve a ser el máximo goleador de la liga con ocho tantos. Pero los de Mendilibar todavía no habían dicho su última palabra. Orellana puso a prueba de nuevo a Asenjo en un remate que el meta palentino envió a córner. El saque de esquina no fue un suspiro si no todo lo contrario. Primero Oliveira cabeceó al primer palo pero Asenjo sacó una mano casi milagrosa para mantener el empate, el rechace lo recogió Pedro León, pero el tiro del murciano se marchó fuera. Estaba trepidante el tiempo de descuento, porque el Villarreal, que pudo perder, también rozó la victoria con un remate de Toko Ekambi, previa asistencia de Santi Cazorla, pero el chut del africano se marchó al lateral de la red. Sin embargo, esa montaña rusa que marcó el epílogo del envite le salió cruz al Villarreal. Un centro del lateral derecho De Blasis, desde su banda natural, lo remató con la testa Orellana en el interior del área chica para darle el triunfo a los guipuzcoanos en el último suspiro.

La derrota, cuarta en siete salidas, tras las sufridas ante Levante, Barcelona y Osasuna, deja al equipo de Calleja en séptima posición, a dos puntos de la zona de UEFA Europa League y a tres de los puestos de Champions. En la próxima jornada, tercera en prácticamente en una semana, el Villarreal recibirá al Athletic Club de Bilbao en el Estadio de la Cerámica en un duelo directo en la pugna por las posiciones europeas. La cita será este domingo a partir de las 14.00 horas.

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