Qatar, Ucrania, Arabia Saudí, Chipre, Azerbaiyán… son los países en los que ha trabajado en la última década Jesús Pinedo. El preparador físico de Bilbao trabajaba hace unos 20 años en el Athletic Club, en las categorías inferiores, y luego subió al primer equipo con Félix Sarriugarte tras la no continuidad de Javier Clemente. Tras ello le surgió la posibilidad de continuar con su labor a muchos kilómetros del País Vasco.
Este marzo ha regresado a Bilbao tras finalizar uno de sus últimos retos, el trabajar para el Sabah FC de Azerbaiyán en el cuerpo técnico de Vicente Gómez, técnico con el cual ya compartió equipo en el Athletic. Conversamos con Jesús Pinedo para conocer qué le han aportado estas experiencias.
P. ¿Cuál ha sido tu trayectoria en el fútbol?
R. Empecé en el Arenas de Getxo, en Tercera División, y a finales del 99 fui al Athletic Club para trabajar en la preparación física en las categorías inferiores, hasta 2006 cuando subí al primer equipo. Estos años fueron unas temporadas un poco complicadas, y decidí dar un cambio de rumbo a mi carrera. Entonces me salió la opción de Qatar y fue una gran experiencia. Desde 2008 mi trayectoria ha sido siempre fuera trabajando en el extranjero: Catar, Ucrania, Arabia Saudí, Chipre, Azerbaiyán, que me he movido mucho, y me he habituado a hacer las maletas.
“Los australianos y americanos al futbolista lo ven como un atleta al cual lo quieren hacer sobre todo más fuerte y veloz, EN europA queremos hacer del jugador un deportista más fuerte y veloz pero siempre teniendo en cuenta que son futbolistas”
P. ¿En qué momento del Athletic Club fue para situarnos?
R. Nosotros, el cuerpo técnico subimos con Félix Sarriugarte al primer equipo del Athletic, en unos años complicados. Entonces estaba Javier Clemente pero le cesaron al inicio de temporada, y nos mandaron a nosotros para arriba. Luego los resultados no terminaron de mejorar y ya optaron por traer a Mané para dirigir el equipo en un momento muy tenso que vivía el club. Luego ya vino Caparrós que estuvo varias temporadas. Nos tocó vivir años complicados los que estábamos entonces en el Athletic.
P. Tu última experiencia ha sido en el Sabah FC de la ciudad de Masazı, cerca de Baku, la capital de Azarbaiyán. ¿Cómo ha sido?
R. Allí fuimos a mediados de julio del año pasado, para iniciar un nuevo proyecto. Los resultados no han salido como esperábamos y en marzo hemos regresado de allí. Decidieron entonces hace un mes que era el momento de darle un cambio al club. Yo fui allí con Vicente Gómez, que fue segundo entrenador en el Athletic, que había trabajado en el Dynamo de Kiev, en el Al-Ahli y en el Spartak de Moscú. Él empezó conmigo en el Athletic y he compartido con él etapas como las de Ucrania, y allí que me fui con él para formar parte de su cuerpo técnico que ha liderado en el Sabah FC.
P. Qatar, Ucrania, Arabia Saudí, Chipre, Azerbaiyán…son los lugares donde has trabajado como nos has mencionado. ¿Qué has ido aprendiendo de estas experiencias en tu faceta de preparador físico?
R. Siempre te fijas en tus compañeros allí donde has estado, pero el gran salto de conocimiento es cuando fui a Catar y en mi primera etapa trabajé en la Academia Aspire, allí hay gente de todo el mundo. A nivel de preparación física en el momento que entré había una corriente muy australiana o americana, que no tienen nada que ver con la idea de preparación física más europea. Ellos el fútbol lo entienden como un deporte más, en el sentido que al futbolista lo ven como un atleta al cual quieren hacer sobre todo más fuerte y veloz. En cambio, en nuestra forma de ver queremos hacer del jugador un deportista más fuerte y veloz pero siempre teniendo en cuenta que son futbolistas. Entonces yo aporté mi punto de vista, que creo que fue importante para ellos, y yo aprendí su forma de trabajar, sobre todo fuera del campo en el gimnasio, el trabajo de fuerza. Y de todo ello hubo cosas muy interesantes que me he quedado para poder emplearlo, y otras que no compartía en absoluto, a ellos supongo que le sucedería igual. Cada uno tiene su camino que va marcando.
P. Me imagino que tu trabajo en la preparación física habrá sido muy diferente en Ucrania que en Arabia Saudí, por ejemplo, por el tema de ser países radicalmente diferentes en las temperaturas medias de allí.
R. Si, eso afecta. He tenido temperaturas extremas en los dos sentidos, máximas y mínimas. Cuando estas en Qatar intentar trabajar cuando el sol se marcha, entrenar a las ocho, y en Ucrania tampoco puedes entrenar a primera hora de la mañana porque el campo está helado y hay que hacerlo a las 12 cuando el sol sale y la temperatura tiembla un poco. Al final a todo te haces y es algo que te terminas adaptando, pero evidentemente condiciona a tu trabajo.
“En Azerbaiyán se marcan objetivos muy ambiciosos, y eso quiere decir que la estabilidad que puede tener un cuerpo técnico es menor, se quieren resultados inmediatos cuando no hay una base sólida en los clubes”
P. En cuanto al fútbol que te has encontrado a estos países, a su nivel de profesionalización que has visto. ¿Qué nos puedes contar?
R. Qatar tiene ese Mundial 2022 muy cerca y ya desde la primera vez que llegué yo allí se estaba invirtiendo mucho en la formación del jugador, y entrenador. Y empezaron a traer a profesionales muy cualificados de todas las partes del mundo porque su gran objetivo era llegar bien al Mundial. Y este estoy seguro que será un éxito. Ahora he estado más recientemente trabajando en Azerbaiyán y lo cierto es que aún le queda mucho en este sentido que hablamos. Ellos cuentan con una liga menor, el fútbol base no está tan bien trabajado como deberías estar, al final su Selección está en el ránking FIFA sobre la 110 o 112. Trabajar en este tipo de ligas tiene sus inconvenientes, son clubes muy jóvenes donde en Azerbaiyán hace unos 10 años el fútbol quizá estuvo en auge pero ahora a caído un poco, y también los salarios, las inversiones en general que se hace en ellos. Los clubes de allí no son comparables a los de primeras categorías del fútbol europeo, son entidades más cogidas con pinzas.
P. Aún les queda trabajo para destacar en Europa…
R. Los objetivos que se marcan allí los clubes son muy ambiciosos, y eso quiere decir que la estabilidad que puede tener un cuerpo técnico es menor, se quieren resultados inmediatos. Cuando no hay una base sólida en los clubes, sin unos equipos formativos de donde puedas subir muchos futbolistas se hace más complicado. Pero de todo ello se aprende, cuando vas a ligas más exóticas te puedes encontrar con clubes con objetivos muy ambiciosos pero cuando vas allí ves que va a ser difícil que se cumplan por la situación de ellos.
P. ¿Y donde te has encontrado un mayor o menor ambiente futbolero? Que veas que se respira mucho fútbol en las calles, y en los estadios.
R. En Azerbaiyán es cierto que no es un país que lo viva el fútbol con una gran afición. Ahora por el tema Covid-19 pero antes de él no iba mucha gente a los estadios. Arabia Saudí es más futbolera, en Qatar el fútbol lo viven mucho, y cada vez ha ido yendo más gente a los estadios. En Ucrania es donde sin duda los campos he visto que se llenan más, y tienen esa forma de vivir el fútbol más europea que conocemos.
P. Al principio de la entrevista nos has comentado que ha finalizado este pasado mes de marzo tu etapa en el Salah FC de Azerbaiyán, y ya has regresado a Bilbao. ¿Dónde te veremos en tú próximo proyecto? ¿Cuál es tu idea?
R. El fútbol es aprovechar las oportunidades que surgen, y si puedes elegir las opciones para trabajar pues deseas que sea un proyecto interesante. Nuestra idea sigue siendo la de salir fuera, una vez que trabajas fuera ya no tienes tan fuerte esos vínculos por trabajar a nivel nacional. Todo puede ser, nunca se sabe, el fútbol es muy incierto a veces, como en los proyectos que surgen porque hay cosas que se trabajar y otras que no se pueden trabajar y dependen de otros condicionantes.
Muchas gracias por atendernos y seguiremos donde afrontas tu próximo reto.
