El año posterior a un descenso siempre es fundamental. Los equipos en ese mercado estival luchan por hacer una plantilla realmente competitiva que les devuelva cuanto antes a su posición inicial, pues saben que si no lo consiguen al primer intento después se complica y mucho. Pues bien, el CD Calahorra se encuentra ahora mismo en esta tesitura.
El conjunto de Carlos Pouso está en puestos de descenso con 10 puntos
El conjunto riojano jamás le tomó el pulso a la Primera Federación y descendió con varias jornadas de antelación, pero lo preocupante ya no es eso, sino que parece que tampoco se lo está tomando a la Segunda RFEF. El conjunto de Carlos Pouso está en puestos de descenso con 10 puntos, aunque cabe resaltar que se encuentra a tan solo cuatro de las posiciones de playoff.
El Grupo II este año está igualadísimo y cada victoria vale su peso en oro. Una de las grandes claves es no perder, y si no que le pregunten al Barakaldo CF, que gracias a su magnífica racha de imbatibilidad se encuentra en la segunda posición. No obstante, en Calahorra ahora mismo preocupa que el equipo pueda caer a los infiernos de Tercera RFEF.

El primer paso para remontar esta situación es asaltar Urbieta. El Gernika Club, equipo de playoffs de ascenso la pasada campaña, es el conjunto que más empata (de hecho lleva cinco empates seguidos) de todo el Grupo, mientras que el Calahorra es el polo opuesto. Los chicos de Pouso están lanzando una moneda al aire donde solo puede salir ganar o perder.
Y de momento la moneda no está dando sus resultados. Tras vivir una época magnífica con el ascenso a Primera Federación, ahora a la afición del Calahorra le está tocando vivir la parte más dura del deporte. Ojalá puedan salir de esta mala racha y, al menos, mantenerse en la cuarta categoría del fútbol español.