La aventura de la Selección Valenciana en la Copa de las Regiones UEFA terminó este domingo en Barcelona. El triunfo de Catalunya por 2–0 ante la Comunidad de Madrid certificó la eliminación del combinado dirigido por Andrés Palop, que había cerrado sus dos partidos con sendos empates y necesitaba un desenlace muy concreto para acceder a la siguiente fase.
Un grupo de máxima exigencia… y un margen de error mínimo
La Selección Valenciana llegó a esta jornada final con dos puntos tras igualar contra Catalunya (0–0) y Madrid (1–1). El formato de la competición es implacable: solo el primer clasificado avanza a la fase intermedia y, en caso de empate a puntos, la diferencia de goles es el primer criterio de desempate.
La única combinación que mantenía con vida al equipo de Palop era un empate entre Madrid y Catalunya sin goles, lo que dejaría un triple empate a dos puntos y un global que favorecería a la Selección Valenciana por coeficiente. Cualquier empate a más goles o una victoria de cualquiera de las dos selecciones dejaba al combinado valenciano fuera.
El escenario ideal no se produjo. Catalunya, superior desde el inicio, venció por 2–0 con goles de Roger García y Adrià López y se adueñó del liderato con cuatro puntos.
Una eliminación con regusto amargo
La clasificación final del Grupo III quedó así:
-
Catalunya — 4 puntos
-
Comunitat Valenciana — 2 puntos
-
Comunidad de Madrid — 1 punto
Más allá de los números, la sensación es la de una oportunidad perdida. La Selección Valenciana fue competitiva, dominante en varios tramos y generó un volumen enorme de ocasiones en ambos encuentros, pero la falta de acierto la condenó en un formato donde cada detalle cuenta.
El equipo se marcha del torneo sin perder y habiendo encajado solo un gol, pero en una competición que premia exclusivamente al primero de grupo, ese rendimiento no basta. Catalunya será quien avance a la fase intermedia, donde se jugará el billete hacia la fase final del campeonato nacional.
La Selección Valenciana cierra así su participación con la frustración de no haber podido transformar sus méritos en resultados, pero también con la convicción de haber mostrado un nivel competitivo que invita al optimismo para futuras ediciones.
