El CD Numancia todavía no ha sellado la permanencia pero podría hacerlo este domingo en Albacete, si es capaz de lograr el triunfo. Un resultado que sería muy positivo para los cuatro equipos valencianos que luchan por eludir el descenso. El portero Guille Vallejo, que se encuentra en un gran momento, nos habla de ese partido.
La jornada 27 viene cargada de encuentros decisivos, tanto en la zona alta como, sobre todo, en la baja. Casi nada está decidido, aunque empieza a vislumbrarse el futuro de muchos equipos. La zona baja empieza a descongestionarse, sin embargo entre los posibles candidatos al descenso se encuentran cuatro conjuntos valencianos: Tavernes Blanques, Alcoyano, Alicante y Castellón. Además del Cartagena, que visita a un obligado a la victoria, Levante y el Albacete, que recibe al Numancia.
Para seguir vivos de cara a las próximas semanas, los equipos autonómicos deberían hacer sus deberes y lograr el triunfo, mientras que el Numancia, con una victoria sellaría la permanencia y dejaría al Albacete en una situación complicada, jugándose parte de sus opciones de seguir en División de Honor dentro de una semana en Tavernes.
Gran momento
El equipo soriano se encuentra en uno de los momentos más dulces de la temporada y uno de los jugadores que tiene mucha parte de culpa es el portero Guille Vallejo. Tanto frente al Tavernes Blanques, como en la pasada jornada ante el Huracán Valencia, sus intervenciones ayudaron y mucho al triunfo de su equipo. De cara al partido contra el Albacete asegura que “el equipo lo afronta con muchas ganas, con la intención de ganar, como en cada partido, y no con tanta presión como el Albacete ni tampoco como en anteriores partidos ya que nos han dado alas estos dos partidos seguidos ganados (Tavernes y Huracán) para romper la mala racha. Creo que hemos dado un paso de gigante por la permanencia”.
Acerca de las claves para lograr el triunfo en Albacete (domingo, 12 horas), Guille considera que “el partido se decidirá en la estrategia, ya que jugamos en un campo de hierba natural que me han comentado que no está en muy buenas condiciones. Será un partido con poco fútbol. La intención es como en cada partido dejar la portería a cero y a partir de ahí cualquier resultado son puntos”.
Todo lo contrario que el Numancia, el Albacete de Ángel Moreno acumula tres derrotas consecutivas, una situación que no invita al optimismo ya que “jugar contra un equipo en dinámica negativa es un arma de doble filo, pero no nos debemos confiar ni salir con miedo es un partido más y cada partido es un mundo. Además los 3 últimos partidos del Albacete han sido frente a un Cartagena, necesitado de puntos, y dos de los mejores equipos de la categoría como son el Valencia y el Atlético Madrileño así que son resultados engañosos. Ellos se juegan la vida y saldrán a jugar una final”. En cambio “nosotros acumulamos dos victorias consecutivas, después de cinco partidos seguidos sin ganar, que hacen que el equipo coja confianza y no tenga esa presión que teníamos antes, en la que estábamos con el agua al cuello. No creo que sea el mejor momento de la temporada pero estamos bien y consiguiendo resultados que es lo importante.
Actitud positiva y resultados
Esa mejora de los resultados ha llegado a raíz de un cambio de actitud en los jugadores. “La verdad es que el equipo ha dado la cara, ha sabido sufrir y ha tenido un cambio de actitud, sobre todo contra el Tavernes que sabíamos que era una final, al tratarse de un rival directo lo dimos todo y contra Huracán fue un partido igualado, con una parte para cada uno, que al final nos llevamos gracias al acierto de cara a gol que tuvimos”.
Pero lo cierto es que al Numancia, el golpe de moral que necesitaba para afrontar con garantías la recta final llegó ante el Tavernes con un triunfo conseguido en el tiempo de descuento. “La victoria ante el Tavernes supo a gloria ya que veníamos de una mala serie de partidos y encima remontamos en los últimos minutos. Era un encuentro importantísimo que nos hizo volver a ser equipo y nos dio una alta dosis de confianza para el resto de temporada”.
Aprovechamos para repasar con Guille la temporada del Numancia, que opina “ha estado llena de altibajos. Empezamos muy bien, después alternamos partidos buenos con malos. Creo que hemos sido un equipo algo irregular, capaz de plantarle cara y ganar a cualquiera pero también de perder. Considero que estamos haciendo una temporada buena ya que estamos muy cerca del objetivo marcado por el club, la permanencia”.
“Una temporada en División de Honor te hace crecer muchísimo como jugador”
El Numancia fue una de las novedades de este año en el Grupo VII de División de Honor. Guille cree que el cambio “nos ha beneficiado en algunos aspectos, pero también nos ha perjudicado en otros. Nuestro equipo estaba confeccionado para competir en el grupo 2, un juego más directo sin renunciar a tocar, con defensas más lentas pero en cambio más contundentes… otro estilo de juego; en el Grupo 7 es un juego más combinativo pero menos intenso. Es un grupo bonito ya que hay grandes equipos, el tiempo suele acompañar en casi todos los partidos fuera de casa y se practica un gran fútbol. Pienso que independientemente del grupo en el que te toque jugar, una temporada en División de Honor te hace crecer muchísimo como jugador”.
Aunque ahora está en un momento de forma muy bueno, la temporada no ha sido fácil para Guille (Burgos, 22 de abril de 1995). “Ha sido una temporada muy dura con 2 lesiones que me han tenido media temporada fuera de los terrenos de juego. Primero una serie de contracturas en la espalda que me dejaron tres partidos sin poder jugar y la otra, una luxación abierta en el pulgar que me dejó desde la jornada 8 hasta la 17 en la grada. A partir de ahí fui recuperando nivel. Estoy teniendo la suerte de poder entrenar con la primera plantilla en bastantes ocasiones, de ir con el filial varios partidos… creo que estoy en un buen momento de la temporada y además estoy contento por haber ayudado al equipo a sumar puntos las últimas jornadas”.
Trayectoria
El burgalés comenzó a jugar a los 6 años en el Burgos promesas, posteriormente jugó durante tres años en el Real Valladolid y los dos últimos en el CD Numancia. Cabe destacar que los tres años de juvenil los ha jugado en División de Honor, pero en tres grupos distintos: 5, 2 y 7. Decidió ser portero, más que por inclinación, por necesidad ya que como él mismo nos cuenta “a todo niño le gusta jugar de jugador de campos, meter goles y ese tipo de cosas pero yo tenía asma de pequeño y lo que más me gustaba era dar patadas a una pelota, así que al no poder hacer mucho ejercicio acabé en la portería hasta día de hoy”.
