Tres operaciones en apenas un año y en la misma rodilla han impedido a Carlos Perales estrenarse en División de Honor con el Valencia CF, aunque esa Liga, también es suya. Esta es la historia del único jugador de la plantilla que no ha tenido minutos en competición.
Este parecía que iba a ser su año, el último de su etapa como juvenil, pero lo cierto es que a Carlos Perales (Valencia, 19 de enero de 1995) no le han salido nada bien las cosas. Cuando comenzó la pretemporada con el Juvenil A, se estaba recuperando de la primera operación del ligamento cruzado de su rodilla derecha -que se produjo en febrero- y fue entre finales de septiembre, principios de octubre cuando Carlos empezó a entrenar con sus compañeros, aunque no llegó a tener el alta competitiva. El joven futbolista notaba unas molestias que le impedían rendir al máximo y las pruebas no revelaban el motivo. Tras varios meses de angustia, los médicos del club descubrieron que Perales tenía roto el menisco de la rodilla derecha. Volvió a pasar por el quirófano, de nuevo operado por el doctor Gastaldi, y hace un mes volvió al grupo. Tenía el alta competitiva y Rubén Baraja podría confiarle minutos en Liga. Pero la mala suerte volvió a cebarse con él. El jueves 20 de marzo durante el entrenamiento se retiró lesionado, se cumplieron los peores presagios, su rodilla volvió a crujir, era el ligamento cruzado. Ocho días después fue intervenido, ahora se recupera pensando ya en la próxima temporada y sin perder la sonrisa.
Su trayectoria
Carlos Perales lleva cinco años ligado a la Escuela valencianista. Llegó a los 14 años procedente del Plus Xàtiva donde estuvo cuatro años. Aquella temporada, la 2009-2010, el grupo del Cadete B del Valencia estaba formado por muchos futbolistas que ahora están en División de Honor como Nestor y Llamas del Tavernes Blanques, Josep Barea, Dani Arroyo y Luís García del Huracán así como Blai Palmí del Olímpic de Xàtiva de Liga Nacional.
Durante todos estos años en el Valencia CF, Carlos asegura que “he vivido momentos muy buenos e inolvidables como ganar ligas, compartir vestuario con grandísimos compañeros y jugadores, disputar torneos muy bonitos tanto dentro como fuera de España, jugar contra otros grandes clubs internacionales como Inter de Milán, Manchester City o Rubín Kazan…”. Sin embargo también le ha tocado vivir la cara más amarga del fútbol, que son las lesiones.
“El año en el Juvenil A en el Valencia es un año para disfrutar y más con el equipo que hay este año para conseguir grandes cosas y hacerlo disfrutando. Empecé bien el año, pero al poco me tuvieron que operar del menisco, con lo cuál me perdía sobre tres meses de competición. Una vez ya recuperado de mi lesión empecé a entrenar con el grupo, al poco de empezar a entrenar, jugué 20 minutos en un amistoso y me dieron el alta. Todo iba muy bien, pero a la semana entrenando me rompí el ligamento cruzado, con esta lesión se acabó la temporada y la ilusión de poder jugar el final de liga y pelear por minutos para la Copa de Campeones y Copa del Rey”.
Siempre bien arropado por sus compañeros
Pese a ser una temporada tan mal avenida en el aspecto individual, Carlos señala que “en todo momento he tenido el apoyo de mis compañeros y cuerpo técnico, no solo en el momento de la lesión, sino en cada entrenamiento preguntándome las sensaciones y como me encontraba”.
Por último afirma que “ahora me toca seguir apoyando a todo el equipo para el final de Liga y hacer un buen papel en la Copa de Campeones y la Copa del Rey que seguro que con este equipo se llega muy lejos”.
En el encuentro entre Valencia CF y Villarreal CF, sus compañeros saltaron al terreno de juego con camisetas de apoyo a Carlos Perales.
