El Castellón se queda en División de Honor después de lograr la hazaña en la última jornada de Liga. Cuenta el entrenador Aitor García que tras la derrota en Cartagena el viaje de vuelta fue muy duro, a pesar de eso nadie dudaba de que el objetivo marcado al inicio de año se iba a conseguir. «El trabajo, la humildad y la ilusión de los chicos» han sido las claves del éxito albinegro.
Regresaba el CD Castellón esta temporada a División de Honor y lo hacía con la firme intención de quedarse. Tras un año difícil y lleno de altibajos, todo se reducía a un partido, el último. Noventa minutos en el que solo valía la victoria ante el CF Torre Levante y que el Cartagena no puntuara en casa de un Levante que se jugaba la Copa del Rey. “Todo salió perfecto” afirma Aitor García, entrenador del CD Castellón. El equipo trabajó muy duro durante toda la semana, consciente de lo que había en juego. “Desde el lunes el equipo estaba mentalizado de que solo nos servía la victoria. Sabíamos de la importancia del partido pero en ningún momento los chicos transmitieron nerviosismo. Éramos conscientes de que solo nos valía ganar y esperar, confiábamos ciegamente en la victoria del Levante y no nos equivocamos”.
La jornada 30 tenía para el Castellón dos frentes abiertos: su propio partido y el transcurrir del choque entre Levante y Cartagena. Los albinegros cumplieron el guión marcado desde el arranque, con un gol de Albert Pedra con el que llegaron con ventaja al descanso, después todo salió rodado. “Era súper importante marcar pronto para quitarnos esa presión. Comenzar con el partido con el resultado a favor e irnos al descanso con ventaja fue fundamental. Además, nada más volver al campo marcamos enseguida y a partir de ahí el Torre se vino abajo y jugamos un poco más tranquilos que en otras jornadas”. Aunque el triunfo fue algo más factible de lo esperado, la situación que atravesaba el Torre había generado serias dudas a la hora de preparar y afrontar el partido. “La situación del Torre era incómoda; un equipo descendido no sabes con qué actitud va a venir, ni el tipo de juego que va a desarrollar puesto que ya no tienen nada que perder. Los primeros veinte minutos, hasta que marcamos el primer gol, el partido estaba igualado pero fue meter y notamos un bajón del rival que supimos aprovechar para acabar sumando los tres puntos”.
Y mientras los de Aitor García hacían los deberes en la Ciudad Deportiva Facsa, desde Buñol llegaban buenas noticias. Para seguir el desarrollo del partido entre el Levante y el Cartagena, el club desplazó a varias personas que se encargaron de transmitir casi al minuto lo que sucedía en el terreno de juego. “Teníamos gente del club que se desplazó allí para, aparte de las redes sociales, estar en contacto con cualquier jugada clave, parón, cambios, goles… Estábamos en contacto con miembros del club que nos transmitían a los del cuerpo técnico el devenir. En el descanso, les dijimos a los jugadores que nos estaba acompañando el resultado del Levante, pero no el resultado. Nosotros teníamos que seguir haciendo nuestro partido e intentar meter el segundo. Conforme pasaban los minutos en la segunda parte, se escuchaban en el campo aficionados que celebraban los goles del Levante, así que los jugadores se dieron cuenta de que teníamos la salvación en nuestra mano”.
Por eso, nada más señalarse el final del encuentro, el CD Castellón empezó a celebrar la permanencia. “Nos adelantamos a que pitara el árbitro del Levante-Cartagena porque el resultado era muy amplio y era muy complicado que los cartaginenses pudieran remontar en tan poco tiempo”.
Ahora que la salvación es un hecho, Aitor señala las claves que han llevado al Castellón a conseguirla. “El trabajo, la humildad y la ilusión de los chicos han sido fundamentales para poder seguir en División de Honor una temporada más. Desde el primer día sabíamos que éramos un equipo recién ascendido, que la mayoría de jugadores no tenían experiencia en la categoría y los chavales lo asumieron. Sabíamos cuál era nuestro rol en este grupo tan complicado. Hemos ido partido a partido, aunque al principio los resultados no nos acompañaban, pero conforme empezaron a llegar empezamos a coger esa confianza para afrontar la Liga y los chavales han dado la talla de sobra. La unión del grupo, el haber sido amigos… eso han sido las claves”.
Ni tan siquiera la racha de cuatro derrotas consecutivas al inicio de la segunda vuelta pudo fragmentar el grupo, eso solo hizo que unirlo más. “Fue una racha muy mala. Veníamos de una buena primera vuelta y notamos mucho la salida de varios jugadores (Patxi, Blay, Héctor, Ray…) además de alguna lesión. Eso nos afectó y de alguna manera mermó al grupo. No nos acompañaron los resultados en el inicio de año. Sin embargo, el partido contra el Madrileño fue un punto de inflexión, aunque no ganamos, si logramos dejar la portería cero y a partir de ahí seguimos esa línea de trabajo para llegar vivos hasta el final de temporada”.
