En los últimos años, los aficionados al fútbol han visto diversos ejemplos y modelos de cantera. Los hinchas, además, valoran que su club sepa explotar los recursos que tienen en la formación de futbolistas, apreciando que su equipo disponga de jugadores formados a través de aquello que ellos sienten. Y sobre todo, que tengan ese vínculo emocional al ser jugadores arraigados a la tierra y con conocimiento del significado de los valores que reúne todo ente.
Y por eso hay que defender la cantera. Defender su utilización para el progreso del fútbol aragonés. Defender su explotación como vía de formación para muchos talentos que emanan de las escuelas de fútbol en nuestra comunidad. Saber apreciar el funcionamiento del progreso de un fútbol que deriva cada vez más en el desarrollo de la base y el crecimiento de los niños hasta que son futbolistas. Yen Aragón debe hacerse igual.
Cambiar la estrategia
Por eso, creo que se debe potenciar mucho más la inversión, tanto económica como en cuanto a medios y tiempo, en la formación de los futuros futbolistas. Creamos en el talento de casa y no formemos a jugadores de fuera. Potenciemos el valor del fútbol aragonés y creamos en los jugadores que han nacido en nuestra comunidad. Intentemos que haya el mayor número de futbolistas en la élite que infundan el sello de Aragón.

Y para eso solamente hay una clave: unión. Lógicamente se puede tener piques. Sin ellos el fútbol no tendría sentido alguno. Yo, por lo menos, no entiendo este bonito deporte sin rivalidad y sin disputas. Claro que tiene que haberlas. Además creo que la competencia, que hasta hace varios años no existía, nos potencia a los unos y a los otros. Pero hay que estar unidos en el convencimiento de que en Aragón hay talento y hay que formarlo de la manera correcta.