Raúl González ha decidido colgar las botas para centrarse en el pádel.
El exjugador del CD Navega, Puente Castro y Cultural Leonesa entre otros, busca en el pádel la motivación que perdió con el fútbol.
Charlamos con él para conocer los motivos que le han llevado a dejar el fútbol así como la decisión que tomó el Navega de no salir a competir en Preferente.
P.: ¿Quién es Raúl González?
R.: Es un chico leonés que se tuvo que ir a Salamanca para estudiar lo que le gustaba. Me defino como una persona familiar, responsable, consecuente con sus actos, y alguien que intenta buscar soluciones día a día, tanto en la vida como en el deporte.
P.: ¿Cómo recuerdas tu etapa de jugador de fútbol?
R.: Fantástica. En el plano social, personal y medio profesional, porque no he llegado a serlo. Me quedo, sobre todo, con el tema de las relaciones sociales, la gente que conocí con el fútbol: compañeros, presidentes, entrenadores con los que mejoré y aprendí mucho…
Empecé en el Cerecedo y luego pasé por Puente Castro, Cultural, Villaralbo, Santa Marta y Navega. Me quedo con lo que he aprendido en cada equipo y con el esfuerzo del día a día con el que demostraba amor por ese deporte.
P.: Precisamente esta temporada el Navega se negó a competir, ¿qué te parece la decisión?
R.: Respetable y muy justa. La tomamos entre todos: jugadores, directiva y entrenador. Lo más normal viendo la situación, porque no nos podíamos permitir que no hubiese responsabilidad ante la situación que hay. No podemos comprometer nuestros trabajos y nuestras familias por un hobby. Al final somos personas que no vamos a llegar al mundo profesional.
Ocurre que nadie quería ni quiere tomar decisiones y tener responsabilidad. Hay que gastar dinero y ese es el problema. Al final, tomamos la decisión más dura porque las consecuencias eran perjudiciales para el club y para el equipo. Además del Navega, varios equipos de Preferente no han salido a competir.
P.: ¿Y por qué el pádel?
R.: Muy fácil, es volver a mis inicios, a algo que me gustaba mucho. Recuerdo los veranos en el pueblo jugando al tenis, imitando a mis ídolos: Moyá, Verdasco… El pádel es algo que me gusta y que tuve que dejar porque me dejó de gustar, al igual que el fútbol.
Este deporte me ha devuelto las ganas de seguir compitiendo y de mejorar en el día a día. Es parecido al fútbol, tengo que seguir tomando decisiones llegando a la red como las tomaba en el área.
P.: ¿Es imposible compaginarlo con el fútbol?
R.: Imposible no, inviable. Está fuera de mis posibilidades. Me veo con un gran margen de mejora en el pádel y no merece la pena ponerlo en riesgo jugando al fútbol. No podría entonces desarrollar al 100% mi potencial si me lesiono o pasa cualquier cosa, no me lo podría permitir.
Me gustaría compaginarlo pero tengo que mirar por mi mismo, me fastidia pero veo más posibilidades de progresar en el pádel. Siento que he dado un paso adelante que era necesario en mi vida.
P.: ¿Qué te da el pádel que no te dé el fútbol?
R.: Me ha devuelto el hormigueo de antes de los partidos que en el fútbol ya no tenía. También las ganas de seguir mejorando, son solo cuatro meses pero tengo mucho desarrollo por delante. El pádel me ha devuelto la sonrisa, la gente me lo dice, que me ve más feliz jugando al pádel que al fútbol.
P.: ¿Qué objetivo te marcas a corto plazo con el pádel?
R.: Lo primero son los estudios, es por lo que vine a Salamanca. Mi objetivo es mejorar a corto plazo, seguir creciendo en el club en el que estoy como persona y como jugador. Siento que me van a llegar oportunidades gracias a la gente que me rodea: a mi compañero, a mi entorno… Aún así, todo depende de mí, es lo que me gusta de este deporte. Ojalá pueda llegar a competir a nivel nacional, pero poco a poco, no es bueno acortar etapas.
