El centrocampista Tarsi Aguado (Murchante, 16 de octubre de 1994) ha llegado al CD Calahorra en este mercado de verano, procedente del Real Oviedo B. Anteriormente, pasó por la Real Balompédica Linense y el Bilbao Athletic, formándose en el Real Zaragoza. Con el conjunto maño logró jugar en Primera y Segunda División. En esta ocasión, espera volver al fútbol profesional (Primera RFEF) con el conjunto riojabajeño, afrontando una de las ligas más atípicas de la historia, pandemia mediante.
UN EXPERTO EN LA CATEGORÍA: CLARIDAD Y DETERMINACIÓN
P.- ¿Cómo estás viviendo estos meses en Calahorra y por qué decidiste escoger el proyecto?
R. – Llevo aquí un mes y medio y la verdad es que estoy muy contento; tenemos un grupo humano muy bueno, un gran equipo, se han juntado un proyecto muy bonito, con un cuerpo técnico que encaja bien con los jugadores que tenemos. Puede ser un año bonito, podremos disfrutar otra vez del fútbol después de la pandemia. El Calahorra viene haciendo las cosas bien, desde el club quieren hacer un año ilusionante y la idea de hacer un gran proyecto la tienen presente. Además, ya tuve a Diego Martínez como entrenador en los juveniles del Real Zaragoza.
P. – Estabilidad ante todo, aunque no siempre fue así en tu carrera; como ocurrió en verano de 2018 tras tu salida de Bilbao…
R. – Son cosas que pasan en el fútbol, acababa de hacer playoff de ascenso con el Bilbao Athletic y por desgracia me quedé sin equipo, pude vivir la cara amarga del fútbol, dos tres meses sin competir y luego engancharse. Que cuenten contigo en un gran proyecto es muy ilusionante.
P. – Para los que no te conozcan, defínete como jugador…
R. – Soy un mediocentro que puede jugar solo por delante de la defensa y haciendo el doble pivote. Soy un jugador de equipo, la forma que tengo es para el equipo, me encargo del trabajo táctico y soy muy seguro con el balón. Me gusta tener seguridad con el balón y aportar equilibrio sobre el campo. Pero ante todo, soy un jugador de equipo.
P. – ¿Cuáles son tus objetivos profesionales para esta temporada, teniendo tan cerca un posible ascenso a una tercera categoría profesional?
R. – Al final todos los futbolistas que llevamos muchos años en Segunda B queremos ser profesionales. Ya lo somos, pero queremos mejoras en estadios, más televisión, rivales con grandes proyectos, salario mínimo, límite salarial… todo jugador que está en Segunda B tiene su meta. Con la Liga Pro se abre una ventana para estar más cerca de Segunda División y eso es ilusionante.
P- ¿Y a nivel personal?
R. – Quiero ayudar en todo lo posible al equipo y devolverle la confianza en el terreno de juego. Empezar con buena racha y buenas sensaciones, porque igual para marzo ya estás clasificado para la Primera RFEF. Todos los equipos que lleguen ahí darán un salto de calidad, tanto a nivel de clubes, de jugadores y de las propias ciudades. Será un año bonito, apasionante y muy ilusionante. Personalmente y también a nivel de la institución, sería muy bonito clasificarse para la ‘Pro’. La liga es tan corta, que una mala racha sí puede ser decisiva. No hay margen de error, tenemos que intentar ganar todos los partidos que podamos, sin esperar a las últimas jornadas y cuanto antes mejor. Todos van a buscar clasificarse para la Liga Pro, dieciocho jornadas pasan rapidísimo.
P. – ¿Cómo es la vida de un futbolista en tiempos de pandemia, teniendo en cuenta que la Segunda División B no puede permitirse la comodidades del fútbol profesional?
– En la Segunda B, todas las ayudas importantes que tiene primera y segunda carecen. Dentro de que el Calahorra es un club de Segunda B, son muy conscientes de nuestra situación y hay mucha seguridad en el entorno. Llevamos mes y medio/dos meses sin positivos, será un año de cuidarse mucho cuando no estás con el equipo. Y después, mantener esa seguridad. La liga está montada para que los partidos se jueguen antes de diciembre y después disputar ahí los partidos aplazados.
P. – Se detectaron dos positivos en Osasuna B, otros ocho en la SD Logroñés. ¿Tenéis miedo de que esto trastoque la temporada?
R. – Nos dijeron que si aplazamos los dos primeros partidos por COVID no pasa nada, pero el tercero lo pierdes por incomparecencia (0-3 o 3-0). Si por ejemplo, le hubiera pasado a la SD Logroñés en competición liguera, es complicado controlar eso, porque ya tienen bastantes positivos (ocho). Fuera de la vida futbolística, algunos futbolistas acuden a la Universidad, viven con su familia y su novia, o tienen trabajo… Dentro de lo que puedas controlar, va a ser un año de incertidumbre. Cuando te encuentres mal, ya te va a entrar ese nervio. Nosotros hacemos pruebas y todavía no hemos sacado ningún positivo; así que eso nos da confianza para estar a disposición del míster y crecer como equipo.