Partido intenso y bonito el disputado en El Clariano que acabó sin goles y un reparto de puntos que se puede considerar justo entre dos equipos que siempre buscaron el gol.
Un buen Ontinyent suma su quinta jornada invicto y cuarta sin encajar gol. Sólido en defensa hoy le faltó mayor claridad ofensiva ante un Peralada que demostró una solidez que le lleva a sumar una sola derrota pero que no le llega para lograr un primer triunfo que se le resiste.
La primera parte se caracterizó por un ritmo alto de juego, ambos equipos mostraron su gusto por el juego de toque y velocidad aunque las defensas siempre se impusieron a los ataques. Hubo que esperar al último minuto de la primera mitad para presenciar la mejor oportunidad. La tuvo Andzouana que llegó forzado ante Craviotto y su remate acabó siendo despejado por Calahorro dentro del área pequeña.
Las mejores oportunidades llegaron en la reanudación. El Peralada dominó en los primeros minutos y encontró un filón ofensivo por banda izquierda con Kilian que penetró una y otra vez por su carril. Fue en el 59 donde más cerca estuvo el filial del Girona del gol. Craviotto rechazó ante Miguélez, la jugada siguió y el tiro desde la frontal de Montes lamió la escuadra. Eran minutos de dominio forastero. Mullor movió ficha y su equipo mejoró. Mediada la segunda parte, espoleado por su parroquia, acorraló por momentos a los visitantes y rozó el gol con tiros de Zarzo, muy cruzado, Carbonell y de nuevo Zarzo con un lanzamiento potentísimo que rozó el portero lo justo para evitar el gol. Apretaron los blanquinegros pero el Peralada se mantuvo firme y seguro en su bagaje defensivo.
Al final el gol no llegó y el empate demostró que no es casualidad que los de Mullor se estén codeando con los mejores y no parece lejano el primer triunfo de un Peralada que, como buen filial que se precie, mostró una gran capacidad técnica y un férreo y eficaz modelo defensivo.