Miguel Ángel Villafaina comenzó a entrenar muy joven, a los 15 años ya le ofrecieron la primera oportunidad. Entonces empezó a sentir “ese gusanillo” que descubrió su vocación, esa pasión por gestionar grupos y analizar sistemas y jugadores. Tras más de una década trabajando en la cantera granota logró aquel recordado ascenso con el filial del Levante UD a Segunda B. Luego le llegó la oportunidad de dirigir a un histórico, el Orihuela CF, y logró otro ascenso, este muy diferente, como él nos explica a continuación.
Conversamos con Villafaina para intentar conocer un poco más la figura del entrenador: cómo gestionar grupos tan diversos, cómo convivir con esa presión de ser el máximo responsable de cada resultado, el día después de salir de un club, el análisis de datos en el fútbol… Estos son algunos de los enigmas que intentamos resolver con el técnico valenciano.
P. ¿Cómo estás pasando el confinamiento en casa? ¿Sigues analizando partidos y leyendo sobre fútbol o desconectas un poco estas semanas?
R. Preocupado por la situación que estamos viviendo y tratando de tener ocupada la cabeza con el fútbol. Intento tener una rutina con hábitos diarios que me ayudan a luchar contra la monotonía y evitar a caer en los miedos propios que nos genera la situación que estamos viviendo. En lo profesional continuo mi proceso de formación continua haciendo muchas actividades que durante el periodo en el cual estas entrenando no puedes llevar a cabo por la exigencia diaria con la que vivimos. Estoy intentando leer mucho para ampliar conocimientos a todos los niveles. Hoy en día tenemos recursos para seguir reciclándonos y viendo fútbol sin la necesidad de tener que salir de casa. Existen plataformas y federaciones que imparten cursos y ponencias que nos posibilitan el poder escuchar a otros compañeros. O tenemos programas que nos permiten ver partidos de cualquier categoría para seguir analizando equipos o jugadores o actualizando la base de datos con la cual trabajo.
«empecé con 15 años, le fui cogiendo “el gusanillo”, me empezó a llamar la atención los diferente métodos de trabajo, a fijarme en otros entrenadores y modelos de juego»
P. Conocemos al Villafaina entrenador, pero ¿Cómo fue Villafaina futbolista?
R. Me crié en la cantera del Parreta hasta Amateur, en Regional Preferente. El año de Cadete, cuando tenía 15 años me ofrecieron el entrenar al Pre-Benjamín, compaginando el rol de jugador y entrenador. Estando en el amateur, el entrenador no quería que los jugadores entrenaran en las categorías inferiores por incompatibilidad de horarios. Esta situación me obligó a tenerme que decidir y tras valorar todo me di cuenta que me llamaba mucho mas el entrenar que el jugar. En aquel momento decidí dejarme el fútbol y formarme para obtener las titulaciones que me permitieran ser entrenador.
P. ¿En qué posición jugabas?
R. Jugaba de mediocentro ofensivo o en banda. Tenía buen nivel técnico pero en el aspecto competitivo y físico me costaba. Éramos una buena generación que todos los años luchábamos por ser campeones de liga.
P. Comentabas que sentías que te llamaba más lo de ser entrenador. ¿Qué te sedujo de este trabajo?
R. Al empezar con 15 años era muy joven y tenia dudas de cómo me iba a adaptar. Cuando fue pasando la temporada le fui cogiendo “el gusanillo”, me empezó a llamar la atención los diferente métodos de trabajo, a fijarme en otros entrenadores y modelos de juego… Todo esto me ayudó a tomar la decisión tres años después de apostar en lo deportivo a ser entrenador.

P. En la cantera del Levante UD estuviste trabajando muchos años hasta llegar al filial donde lograste ese ascenso a Segunda B.
R. Han sido 12 años en el club, el Levante me ha marcado tanto en lo personal como en lo profesional. A nivel personal me ayudó a forjar la persona que soy hoy en día. Los valores que ese club fomenta lo hace especial para todos los que hemos crecido en él. Y a nivel profesional pude pasar por todas las categorías del fútbol 11.Llegue al Infantil C, pase por el Cadete D, estuve dos años en el Juvenil D, alterne el Juvenil C y Cadete A en la siguiente temporada, empecé en el Juvenil B y en la jornada 10 me toco subir al Juvenil A donde tras cuatro temporadas di el salto al filial. En el Juvenil División de Honor conseguimos dos sub-campeonatos de liga y volvimos a jugar Copa del Rey después de 21 años. En ambas ediciones fuimos eliminados por el que a la postre fue el campeón. Destacando la semifinal contra el Real Madrid de Raúl De Tomas, Melero, Lucas Torró (al que entrevistamos recientemente en Golsmedia)… que pese a la eliminación fue muy bonita.
P. Allí habrás entrenado a jugadores que ahora están en la élite. ¿Quién recuerdas especialmente porque veías que ya apuntaba muchas maneras?
R. Estar en una estructura profesional como el Levante te posibilita disfrutar de jugadores de gran talento. Evidentemente tienen mas notoriedad aquellos que han conseguido llegar al fútbol profesional como Rubén García, Jasón Remeseiro, Camarasa, Pepelu, que debutó conmigo en División de Honor siendo él Cadete, Traver, Fali, Iván López …
P. Ese cambio del fútbol de División de Honor Juvenil al fútbol amateur, a Tercera o Segunda B, comentan los futbolistas que lo notan mucho. Desde el punto de visto tuyo, de entrenador, que has hecho debutar a muchos jugadores en el fútbol Amateur, ¿Cómo ves esta adaptación?
R. Sí que es verdad que muchos jugadores sufren en el salto del fútbol juvenil al fútbol amateur. Cada uno tiene un proceso de adaptación, por eso cada jugador tiene su proceso propio. Tanto la Tercera División como la Segunda B son categorías que curten y ayudan mucho a los jóvenes para llegar al fútbol profesional. Recuerdo que dos de las mejores generaciones de jugadores del Levante y Valencia jugaron en Tercera División.
«El día del ascenso con el Orihuela CF, al ver la felicidad de todo lo que nos rodeaba, nos dimos cuenta que con nuestro trabajo hicimos muy felices a miles de personas»
P. Poniéndose en la piel de los jugadores, el jugador de un filial pensará más en destacar para intentar llegar al primer equipo, en cambio, el habitual jugador de otro club su gran sueño suele ser el conseguir una gran hazaña con su equipo: un ascenso, una permanencia, unos play-off… ¿Esto hace que un entrenador gestione de forma diferente a una plantilla de un filial a la de otro club?
R. Totalmente diferente a todos los niveles. Una estructura profesional cuenta con recursos ilimitados que facilitan este proceso. El objetivo final de un equipo filial es la formación de jugadores para acercarles al primer equipo. Esa situación provoca que el jugador tenga un pensamiento mas egoísta y que le cueste mas el tener cierto sentimiento de pertenencia sobre el equipo. Aunque me gustaba repetirles que tuvieran presente siempre que desde el éxito colectivo es mas fácil recoger recompensa individual. Tras salir de una estructura como el Levante tuve la suerte de llegar al Orihuela CF. Digo suerte porque era de los pocos equipos de Tercera División que son profesionales y que los jugadores tienen dedicación exclusiva. Esto aumenta la exigencia y la responsabilidad pero facilita mucho el día a día.
P. La repercusión de tu trabajo también es diferente….
R. Es muy diferente y lo he podido vivir en los dos ascensos. El ascenso en el Atlético Levante fue muy bonito por conseguir el reto que me había planteado el club a principio de temporada y al ser mi primera experiencia en fútbol amateur. Además el conseguirlo con un gol en el minuto 95 lo hizo mas emotivo si cabe. Pero el ascenso con el Orihuela fue especial. La trascendencia que tiene es muy diferente porque detrás de ese objetivo hay un club que llevaba muchos años luchando por volver a Segunda B o una ciudad que se ilusionó con el equipo. Conseguimos que el Orihuela fuera el equipo de la Vega Baja y que toda la comarca se volcara en conseguir el objetivo. El día del ascenso al ver la felicidad de todo lo que nos rodeaba, nos dimos cuenta que con nuestro trabajo hicimos muy felices a miles de personas.
P. En el Levante, tras los ceses de Mendilibar, y en otro momento de Lucas Alcaraz pudiste dirigir al primer equipo. ¿Fue especial para ti no?
R. Fue una experiencia única y al alcance de muy pocos. Aunque fueran tan solo cuatro entrenamientos tuvimos la oportunidad de ver lo que es un equipo profesional desde dentro. Dirigir a jugadores de primer nivel. Es el sueño de todo entrenador que se inicia en fútbol base. Lo intente disfrutar a nivel personal aunque no quise tener notoriedad, ya que formaba parte de la transición en la llegada de Lucas Alcaraz y Rubí al primer equipo. Pese a ello siempre lo tendré como un bonito recuerdo.

P. ¡Cómo ha cambiado el Levante en la última década! Hace unos días recordábamos con Héctor Rodas aquel ascenso del club en 2010 después de años muy complicados…
R. Yo soy aficionado del Levante desde que estaba en Segunda B cuando iba al antiguo Nou Estadi con 10 años, por lo que he vivido momentos de todo tipo. Para mí hay dos momentos de la historia reciente que han sido fundamentales para lo que es el Levante actual. El primero es el ascenso de Preciado, tras llevar 41 años buscando volver a Primera División este equipo lo consiguió. El segundo el ascenso de Héctor Rodas, Iborra… con Luis García Plaza, aquello fue una hazaña. El club estaba en ley concursal con riesgo de desaparición. Recuerdo que la planificación fue difícil, el primer día de pretemporada en Oliva solo había un jugador. Se fueron uniendo piezas con jugadores que venían de no dar rendimiento el año anterior pero querían reivindicarse como futbolistas. Luis García formó un equipo ganador. Además había un vestuario sano y con hambre. Esa temporada se paso del miedo de caer a la Segunda B al ascenso a Primera. Al no ser esperado creo que hizo que se disfrutara mucho mas.
P. Conversábamos antes sobre lo diferente que es entrenar a un filial y a primer equipo de un club. ¿En el Orihuela CF notaste cuando llegaste esa presión de contar con una afición detrás que llena el campo, que está pendiente de cada alineación…?
R. Desde el primer día me di cuenta de la dimensión que era el entrenar a un club como el Orihuela CF. Era consciente de que es uno de los clubes históricos de la Comunidad Valenciana y del fútbol nacional, y eso al principio genera responsabilidad. Yo era un entrenador joven para el perfil por el cual los clubes de este perfil suelen elegir, por ello siempre estaré agradecido al Orihuela que tras salir del Levante fue el club que aposto por mi como entrenador. En concreto me gustaría darle las gracias a Benja Navarro, que fue la persona que me llevó allí. A Domingo Grau, que cuando salió del Elche, creyó en lo que le contaba y se unió al proyecto y con el cual trabaje codo con codo hasta el último día. Él confeccionó la plantilla del ascenso y fue una persona honesta conmigo hasta el ultimo día. Y como no a la familia Terrés, los dueños del club. Que siempre han tenido un comportamiento increíble hacia mi y son los únicos culpables de que Orihuela pueda ver fútbol profesional. En especial a Luis Terrés hijo con el cual mantengo una gran relación una vez acabo mi etapa en el club. Y sobre todo a mi segunda familia en Orihuela, Roberto, Lola y sus hijas y liderada por Fran Zapata (Utillero), que han estado cerca de mi desde que llegue y me ha facilitado el día a día. El estar fuera de casa y lejos de los tuyos, te hace darle mas valor si cabe a todas las personas que te rodean.
«Una destitución a un entrenador siempre le hace herida pero no soy una persona rencorosa, de hecho cuando he ido a verlos desde fuera he sufrido como un escorpión más»
P. Pasaste muy buenos años en Los Arcos…
R. Han sido años increíbles. Fue mi primera experiencia fuera de casa, y esto te marca mucho mas. El reto era importante, cuando llegué la plantilla estaba confeccionada al 80%, y el primer año logramos que el club volviese a jugar los play-offs de forma brillante. Ese equipo jugaba muy bien al fútbol, pero nos faltó esa pizca de suerte que siempre se necesita para conseguir un ascenso. El curso pasado nos costó arrancar a nivel de resultados. Pero en la segunda vuelta conseguimos pulverizar todos los récords en Orihuela y en Tercera. Conseguimos ganar la liga de forma brillante y conseguimos el ascenso en la eliminatoria de campeones ganando los dos partidos.
P. Esta temporada la situación fue complicada en el Orihuela CF. Después de aquella gran victoria en el Rico Pérez los daños de la DANA, la gran tormenta, provocó que os quedarais sin poder jugar en Los Arcos semanas… ¿Le has dado muchas vueltas a otras decisiones que podías haber tomado, otras alineaciones, sistemas…? ¿O se pasa página?
R. La distancia te ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva. He hecho mi propio análisis y después del mismo creo que soy mejor entrenador. Soy el mas exigente conmigo mismo. Pese a ello creo que hay muchos factores que fueron muy influyentes en todo lo que pasó. El equipo fue reconocible en casa y mas débil como visitante. Creo que en algunos partidos merecimos más de lo que recibimos. De los once partidos pudimos solo jugar cuatro en Los Arcos, que viendo el comportamiento que hemos tenido en casa creo que es algo importante. En ese sentido la DANA nos hizo mucho daño. Fueron semanas difíciles para entrenar y nos obligó a jugar en Crevillente dos partidos perdiendo el factor campo. Tuvimos las lesiones de dos jugadores fundamentales para el equipo por lo que representan, Rodri y Chechu Flores. Habían jugadores que daban el salto a la Segunda B y necesitan ese periodo de adaptación a la categoría. Hay muchos factores que no puedes controlar y que al final son muy influyentes en el rendimiento de los equipos.
P. Pero decidieron el cambio en el banquillo…
R. Sabemos que en los momentos de dificultad, la parte mas frágil siempre es la del entrenador. Yo me veía capaz de darle la vuelta a la situación. Mis dos plantillas en Orihuela fueron siempre en línea ascendente. Creo que si trabajas en un proceso y en los malos momentos lo refuerzas, acabas consiguiendo los objetivos. El Orihuela que asciende con números históricos, en el final de la primera vuelta estaba fuera de play off y llego a estar a 7 puntos del líder. El club entendió que el equipo necesitaba un cambio y no tocaba otra que aceptarlo. Me marché con el respeto y cariño de todo lo que me rodeaba, que para mi eso es lo mas importante y con la conciencia tranquila de habérmelo dejado todo y ser honrado conmigo mismo y con el club hasta el ultimo día.

P. Ese día después, mejor dicho, esos meses después a finalizar una etapa en un club donde has estado tanto tiempo ¿Cómo se lleva? Supongo que será como cualquier otra persona que cuando termina un trabajo o una relación pues necesita un tiempo de no saber nada del otro, o la otra. ¿Cómo lo has llevado tú?
R. La sensación que tuve tras ser cesado del Levante fue peor, lo pasé muy mal. Pase de estar entrenando al primer equipo al mes siguiente ser cesado. No fui capaz de ver al Atlético Levante ningún partido. En el caso del Orihuela fue distinto porque tenía una amistad especial con los dueños y su familia, cuerpo técnico, jugadores, trabajadores del club… Una destitución a un entrenador siempre le hace herida. Al haber distancia, aproveche cuando jugaron contra el Valencia Mestalla y Atlético Levante para ir a saludarlos. De igual forma me invitaron al partido contra el Villarreal de Copa, ya que era un partido histórico para el club y quise ir al partido contra el Hércules en Los Arcos. No soy una persona rencorosa, de hecho cuando he ido a verlos desde fuera he sufrido como un escorpión más y te puedo asegurar que lo he pasado casi peor que cuando entrenaba. En mi casa me han enseñado a ser agradecido, por ello siempre le desearé lo mejor al Orihuela y celebraré sus victorias o sus éxitos. Además creo que una de las cosas mas bonitas que puede conseguir un entrenador en un club es ser recordado a nivel personal. Me llevo el cariño de aficionados, medios de comunicación, políticos…Con el tiempo te das cuenta que eso es mucho mas que un ascenso o una permanencia. Porque el fútbol nos brinda la oportunidad de poder conocer a personas. Te las presenta en tu camino y muchas se quedan en tu vida para siempre.
P. Los jugadores dicen que van aprendiendo de sus compañeros y entrenadores, que van creciendo con todas esas experiencias que acumulan. ¿El entrenador va cambiando también con el paso de los años y el dirigir a más futbolistas?
R. Mi percepción del entrenador es que es un gestor de recursos humanos…Lideras un grupo de personas que como todo ser humano tiene sus miedos, preocupaciones…Tienes que crear un modelo de juego desde sus capacidades. Formar una idea de juego en la que crean y ayudarles a nivel individual a potenciarlos. En fútbol aunque busques perfiles de jugadores parecidos, nunca tienes el mismo contexto por lo que todas las temporadas nos toca adaptarnos y reinventarnos. Hoy en día la formación del entrenador español es muy alta, pero creo que lo que marca la diferencia es la capacidad para gestionar jugadores, club, prensa, objetivos, malos y buenos momentos…
«Los entrenadores deben disfrutar del proceso, las prisas no son buenas consejeras, Y sobre todo hay que tener pasión»
P. Como comentas lo humano suele ser a veces más importante que lo táctico. En el Atzeneta comentaban que para cambiar la dinámica del equipo que comenzó irregular fue muy importante una comida de unión de grupo porque al ser tantos compañeros nuevos no se conocían. ¿Estas actividades grupales son a veces muy buenas para el grupo no?
R. Al final que el grupo sea participe en lo bueno y en lo malo es muy importante. En las dinámicas negativas el ser humano trata de eludir responsabilidades, es el egoísmo que tenemos a veces como ser humano, y lograr ese sentimiento de pertenencia de como grupo sobre todo para gestionar los posibles malos momentos para un equipo es diferencial. Esto también hace que disfrutes mucho más de los éxitos. El tener buenas personas y un buen vestuario no te lleva siempre a ganar partidos, que en el alto rendimiento es importante. Yo siempre les digo que las capacidades se ven multiplicas por la actitud. Así que si tienes buenos futbolistas y creas un buen grupo, te estas acercando mucho al éxito. Después la temporada es muy larga, al principio los que no son importantes a la larga acaban siendo diferenciales. Es imposible que un jugador mantenga su nivel mas alto durante todo el año, por ello la profundidad de plantilla es diferencia. Otras frase suelo repetir es: “Los jugadores ganan partidos pero los objetivos lo consiguen los equipos, ni once, ni doce, veinte son los que forman la plantilla». La temporada ofrece oportunidades y además esa competencia interna siempre hace mejor al jugador.
P. Has estado viendo mucho fútbol estos últimos meses. ¿Te ha sorprendido algo de lo que has visto en la Segunda B?
R. Hay mucho para analizar, la conclusión final es la gran igualdad que tiene la Segunda B. Estoy intentando conocer el Grupo 1,2 y 4 que al no haber competido lo desconozco. Sin perder de vista el Grupo 3 de Segunda B y el Grupo 6 de Tercera División en el cual están los equipos valencianos. Si nos referimos al Grupo 3, veo con muchas posibilidades al proyecto del Castellón, han conseguido a nivel social, económico y deportivo el crear una estructura solida para dar el salto de categoría. En Castalia se vive el fútbol profesional. El Sabadell y Olot juegan muy bien al fútbol. Los filiales del Barça, Espanyol y Villarreal están realizando una gran temporada y cuentan con futbolistas con un futuro prometedor. Está el Cornellá que cuando me cesaron estaban a tres puntos de nosotros y consiguieron 34 de 39 puntos y se han metido en puestos de play-off. En la zona media están cómodos el Atlético Levante y La Nucia. En esta categoría el poder estar tranquilo en la jornada 28 es motivo para estar muy satisfecho.

P. ¿Y como ves la zona baja de la clasificación?
R. Por abajo había clubes que muchos los daban como descendidos como Badalona, Prat y Orihuela que han recuperado vida y han amenazado a equipos que se veían salvados como el Ejea o Mestalla. Los equipos que peor lo han pasado son los equipos que veo a día de hoy mas preparados para salir. Ya que saben el haber estado ahí todo el año les hace ser muy fuertes psicológicamente. Llevan jugando finales muchas jornadas. Por egoísmo, ojala se salvara el Orihuela. Y creo que el resumen de la dificultad que tiene esta categoría, es que los dos proyectos mas importantes del grupo se encuentran en la zona baja : Hércules y Nàstic de Tarragona. Veremos que ocurre y en el difícil caso de que se juegue como afecta a todos estos equipos en las diez jornadas que quedan. Porque todo será diferente a como acabo.
P. ¿Qué consejo le darías a ese joven entrenador de 20 años que esté empezando ahora con la ilusión de dirigir a clubes como los que has dirigido tú?
R. Tienen que disfrutar del proceso, las prisas no son buenas consejeras. El tratar de llegar rápido a entrenar a ciertas categorías producen ansiedad. Y sobre todo hay que tener pasión. Detrás de un entrenador hay una parte vocacional, trabajamos mucho más de lo que la gente piensa, son muchas horas de análisis del rival, de jugadores… Este es un trabajo muy exigente y sobre todo conlleva un alto nivel de estrés y de presión. En el curso de entrenadores decimos una frase: “somos los que menos disfrutamos la victoria y los que más sufrimos las derrotas”. Cuando pierdes analizas que ha sucedido y cuando ganas te pones a preparar de forma inmediata el siguiente partido, no hay tiempo para disfrutarlo, el jugador en eso es mucho más privilegiado, gana y puede disfrutar esa victoria mucho más. Por eso hablábamos de pasión, tienes que estar preparado para vivir en una montaña rusa de emociones. Entiendo nuestra profesión como un proceso continuo y los resultados no tienen que desviarnos del camino, pero si que afectan en nuestros sentimientos. Somos el termómetro del equipo y tenemos que ser cautos en la victoria y tranquilos en la gestión de la derrota.
P. ¿Eres mucho de analizar cada dato del rendimiento de tus futbolistas, o los relativizas un poco?
R. Para mi es importante, pero no definitivo. Es una herramienta mas que sobre todo al preparador físico le ayuda para controlar las cargas y prevenir lesiones. Por este tipo de detalles creemos que la Segunda B y Tercera han dado un salto en cuanto a lo profesional. Antes los GPS solo estaban al alcance de los equipos de élite. Pero como todo en la vida, los datos y la información hay que saber interpretarlas. En ocasiones el exceso de información tampoco es positiva. Y el mejor ejemplo es Messi , si analizas los números que te da su GPS al final del partido, seguramente sea el jugador que menos ha corrido de los 20 jugadores de campo que han jugado. Pero ha sido diferencial en el juego. Al final lo importante no es correr mas, sino correr bien y entender el juego. Y esos datos no te los ofrece el GPS.
