De sobreponerse a las adversidades algo sabe este madrileño de 21 años. Luis Molina, jugador del Alcorcón ‘B’, que ayer debutó con el primero equipo en la primera ronda de la Copa del Rey ante el CD Teruel, ha cumplido su sueño después de haber sufrido contratiempos importantes en su corta trayectoria deportiva. El atacante, que tuvo la suerte de ser alineado por Fran Fernández al igual que Algobia, Toti y Pablo en el Getafe CF de Quique Sánchez Flores, disputó los primeros 45′ en La Pinilla e incluso vio la cartulina amarilla.
el atacante disputó los primeros 45′ del encuentro copero ante el cd teruel
Él y Emi fueron los dos únicos canteranos a los que citó el técnico almeriense, que conoce de primera mano la dificultad de un partido de estas características. Es más, ni el penalti convertido por Hugo Fraile una vez cruzado el ecuador del primer acto llevó la tranquilidad al banquillo alfarero, que antes incluso de llegar al descanso ya se movió. Con el objetivo de reforzar la medular y meter una marcha más en el segundo tiempo, Fran sacó del campo al ’29’ para darle entrada a Al Badaoui. Pese a la sustitución tan tempranera, Luis guardará este momento de por vida, como tantos otros que ha vivido a lo largo de estos últimos años y le han hecho ser mejor jugador.
Y es que muchos de ellos no fueron ni la mitad de buenos de lo que lo fue el de ayer. Para quienes no conozcan a Luis, entró en escena en la Comunidad de Madrid de la mano del DAV Santa Ana, y su debut no fue precisamente bueno. El 25 de agosto de 2019, se estrenó en Tercera División con la camiseta amarilla frente a la AD Parla, y fue expulsado con roja directa a los pocos minutos de entrar. Jesús Lucas, que por aquel entonces era el entrenador del Deportivo, no volvió a darle paso en el equipo hasta un mes y medio después. En su regreso en el mes de octubre, Molina marcó gol, pero no se asentó en la titularidad hasta diciembre, mes en el que anotó otros dos.
su comienzo en el dav santa anano fuer precisamente bueno
Una vez comenzado el 2020, el atacante se destapó como uno de los mejores jugadores de la plantilla, siendo titular indiscutible y marcando goles día sí, y día también. Tras su gran año en el Martín Temiño, fichó por el Rayo Vallecano para jugar en su filial, aunque sus comienzos tampoco fueron para tirar cohetes. En su segundo partido liguero con la camiseta rayista, el madrileño repitió el error que cometió en el Santa ana. Ángel Dongil le dio entrada en la segunda mitad, y a los pocos minutos se marchó expulsado. Visitó varias veces el banquillo hasta que ingresamos en el 2021 y demostró un potencial ofensivo fuera de lo común.
Marcó seis goles en sus seis primeros partidos como titular, pero su expulsión en Urbis contra la ED Moratalaz le salió muy cara. El colegiado fue muy duro en el acta y la Jueza de Competición estimo oportuno castigarle con cinco partidos de sanción, que le impidieron terminar la temporada regular. Volvió para disputar la fase de ascenso, y marcó dos goles en tres partidos saliendo desde el banquillo, lo que le permitió arrancar de inicio frente a los filiales de CD Leganés y Alcorcón. En las semifinales del playoff, Dongil le utilizó como revulsivo, pero perdieron y no pudo luchar por el ascenso a Segunda RFEF contra el CD Móstoles.
con el rayo vallecano ‘b’ sufrió una dura sanción que le impidió jugar durante cinco semanas consecutivas
En esta ocasión, su impulsividad y su agresividad -bien entendida- sobre el campo, no le han jugado una mala pasada. Empezó la temporada con buen pie, marcando en el derbi de filiales contra el Getafe CF ‘B’, y finalizó septiembre con un segundo tanto en un choque muy caliente ante el CF Trival Valderas. Su último gol, que le valió para confirmar su buen estado de forma tras ser suplente días antes, fue en el 6-1 contra la ED Moratalaz. Capdevila le mima, sabedor de que tras ese vendaje de boxeador esconde en su muñeca izquierda hay un jugador de presente y de futuro.
