Esta última jornada de fútbol en Madrid nos ha dejado una de las imágenes de la temporada en Tercera División: la AD Unión Adarve celebrando sobre el césped del Vicente del Bosque el ascenso a Segunda RFEF. Las lágrimas de felicidad brotaron de los ojos de jugadores, cuerpo técnico, directivos y aficionados que se unieron ante las cinco torres de Madrid para gritar a los cuatro vientos la consecución de su hazaña. A muy pocos kilómetros de distancia, en el barrio de Fuencarral, los integrantes del Deportivo Santa Ana torcían el gesto después de ser remontados por el CD El Álamo.
Los amarillos, que estuvieron nuevamente muy cerca de sumar algún punto que no certificase tan pronto su descenso, se quedaron sin premio en apenas unos minutos. Angulo fue el encargado de asestarle el golpe definitivo a los deportivistas con su primer doblete de la temporada. De nada sirvió el tanto desde los once metros de Nando, el hijo mayor del exmadridista Fernando Morientes, que descolgó las botas hace más de un lustro para defender la camiseta en Primer Regional. El Deportivo Santa Ana, con 10 puntos en la clasificación, es matemáticamente equipo de descenso.
El CD Paracuellos Antamira, filial del CF Rayo Majadahonda, marca la permanencia con 29, por lo que a falta de seis encuentros es ya imposible que el conjunto dirigido por Jorge Rodríguez Armell alcance la salvación. El conjunto madrileño, fundado en 1974, campeón del título de liga en el año 1995 y subcampeón en el 1997, jugará la temporada que viene en Regional Preferente, que con la creación de la Primera y la Segunda RFEF pasará ser la sexta categoría del fútbol español. Ni Luis Sauras primero, que sustituyó al ex de CA Osasuna Ricardo en el cargo, ni Jorge después, han sido capaces de reflotar un barco que lleva un tiempo prácticamente hundido.

El equipo, ascendido a Tercera en el 2016 después de quedar segundo en el Grupo 1 de Regional Preferente, volverá a la Preferente cinco temporadas después. Será su sexta campaña en la máxima categoría a nivel regional en un Siglo, el XXI, que ha tenido muchos altibajos para la entidad madrileña. El primer equipo incluso llegó a pasar por la Primera Regional para coger de nuevo impulso y regresar a la Tercera División, categoría que centrará las miradas de aquellos que decidan formar parte de la plantilla la próxima temporada.
¿Y quiénes lo harán? Será un misterio, ya que algunos de los jugadores más destacados del equipo serán reclamados por aquellos clubes que logren mantenerse en la categoría o incluso aquellos que consigan ascender a ella, como puede ser el caso del Ursaria, el Galapagar, el Moscardó y otros tantos que están aún colocados en posiciones privilegiadas. El modelo deportivo ha sido un fracaso esta temporada, ya que la plantilla se conformó a finales de verano y la pretemporada ni siquiera fue suficiente para que los jugadores llegasen al inicio de la competición en óptimas condiciones.
La juventud del grupo y las salidas de algunos jugadores importantes han sido un peaje muy caro para el Deportivo Santa Ana, que no salió del descenso en toda la fase regular. Encuadrado en un grupo muy potente en el que un histórico como la RSD Alcalá cayó en las garras del descenso, el cuadro amarillo ni siquiera estuvo de cerca de conseguir su objetivo. Únicamente logró dos triunfos, uno en el mes de diciembre y otro en febrero, contra el CD Paracuellos y el CD San Fernando respectivamente.
Su número de derrotas consecutivas se situó en seis, cifra que podría alcanzar si en las dos próximas semanas de ‘playout’ no es capaz de sumar al menos un punto contra el SAD Villaverde en Boetticher y frente al Atlético de Pinto en el Amelia del Castillo. En toda España, solo el Villegas riojano, el Lorca FC murciano y el Esporles balear tienen menos puntos en la clasificación general. Sin embargo, a diferencia de ellos, el Deportivo Santa Ana cuenta con una bala en la recámara, y es que la Tercera División madrileña se quede sin descensos si así lo considera la Federación después del lío montado con equipos como el Atlético de Pinto, el CF Trival o el SAD Villaverde. No es de extrañar que, si alguno de los clubes implicados termina la post-temporada en la zona roja, haya reclamaciones por doquier y el ente federativo tenga que recurrir a una media como la del año pasado, extraordinaria. Solo gracias a ella podría el club salvarse del desastre.