Hay despedidas que son muy duras. El cargo de entrenador es realmente arriesgado, ya que vives únicamente de los resultados, y por ende tu continuidad siempre pende de un hilo. Se trata de un puesto fugaz, que no atiende al pasado, sino al presente, y que no ejerce la memoria histórica, sino que obliga a la constante mejora desde el primer día hasta el último.
el entrenador que ha subido dos categorías al club y ha disputado cuatro playoffs
En cuanto los resultados no llegan comienzan los murmullos, y cuando los propios murmullos provienen de tu secretaría técnica sabes que han pasado a ser una realidad. Este mismo proceso se ha vivido en La Unión, y efectivamente ha finalizado con la destitución de Manolo Palomeque, el entrenador que ha subido dos categorías al club y ha disputado cuatro playoffs.
Bajo sus órdenes se han vivido las mejores temporadas de la entidad, sin embargo, ha podido comprobar en primera persona que la Segunda Federación no espera a nadie. El conjunto murciano es penúltimo con 19 puntos y está a siete de la permanencia, un hecho que ha obligado a la institución a reaccionar y buscar un cambio de dinámica.
No obstante, la noticia ha sentado como un jarro de agua fría a parte de la afición. El vínculo que se había creado entre la hinchada y el míster era evidente, hasta el punto de que estaban dispuestos a darle más votos de confianza que a cualquier otro entrenador, pero como se ha podido apreciar, este pensamiento no concordaba con el de la secretaría técnica.
Palomeque se marcha del club murciano dejando un legado histórico. Un profesional de su nivel no debería tardar en encontrar un puesto donde vuelva a tener paz, sin embargo, era objetivo que tal y como estaba evolucionando el equipo lo más probable era el descenso, así que el cambio de míster era casi una obligación. El tiempo dirá si la decisión fue acertada.
