El CD Pamplona es un equipo muy asentado en la 3ª División en Navarra que cambió de técnico este verano pese a realizar una gran campaña y finalizar en cuarta posición. Xabi Mata dejó su cargo y lo reemplazó Aritz Gómara, un técnico que ya conocía la casa.
El conjunto comenzó muy fuerte la temporada con dos victorias acompañadas de un gran juego ante River Ega (2-5) y Beti Onak (1-0). Comandó la tabla y fue líder durante los dos primeros encuentros.
Un juego abierto y fluido en muchas ocasiones que también varía en función del rival que hay enfrente y el campo en el que se enfrentan. Pero como de rachas va la cosa, tras estas dos victorias iniciales, el conjunto de Lizasoain cayó en Subiza en un apretado partido por 1-0. A partir de ahí, al equipo le costó. Llegaron dos derrotas más de forma consecutiva ante los dos equipos que dominan la tabla. San Juan en casa y Huarte fuera. Un empate en casa ante el Valle de Egüés revirtió la dinámica.
Victorias holgadas para recuperar sensaciones
Tras cuatro partidos consecutivos sin ganar y tres derrotas, el Pamplona afrontó con determinación el choque ante el Burladés que llegaba también en un mal momento. El partido con el campo nevado fue dominado por el Pamplona que en la segunda mitad consiguió tres tantos con un Zapata inspirado que le acercó al triunfo.
De ahí, el equipo de Gómara volvió a dar un zarpazo de autoridad ante el Corellano que llegó en el fondo de la tabla. Una goleada (4-0) para refrendar las sensaciones del choque anterior.
Unas sensaciones transformadas en puntos que se confirmaron en la visita al Plazaola. Una salida complicada y difícil que terminó con empate a cero y con un punto más que le permite al Pamplona con 14 puntos estar cerca de los puestos cabeceros y con opciones de soñar para repetir la gesta de la pasada campaña.
