Es la capitana y la guardameta del Discóbolo-La Torre, conjunto ascendido esta campaña a Liga Autonómica. Cristina Estévez goza de una sensacional trayectoria deportiva, ya que llegó a militar en equipos de Primera División como Levante, Valencia y Prainsa Zaragoza, además de ir con la Selección Española. La cancerbero de Huesca (en la foto) analiza su recorrido en el fútbol en Golsmedia, así como el desempeño que está siguiendo su actual equipo. Foto: Discóbolo-La Torre AC.
María Cristina Estévez Lores (5-6-1986, Huesca) empezó con siete años a darle patadas al balón en Paiporta, su hermano jugaba ahí al fútbol. Luego pasó al Discóbolo-La Torre, donde estuvo dos años y medio. Posteriormente jugó en el Parreta un año. De ahí firmó directamente en el Levante UD, con el que estuvo dos años en el primer equipo y debutó con la Selección Española Sub-19. Con posterioridad, ascendió con el Colegio Alemán a Primera División, estuvo en dicho club tres temporadas y ahí fue su debut con la Selección Española Absoluta. En el Valencia también jugó un año más. En el Prainsa Zaragoza militó dos campañas. Cuando se vino de tierras aragonesas, jugó un año en el Mislata. Una operación de rodilla la tuvo un tiempo apartada de los terrenos de juego, hasta que recaló en el Torrent media temporada y la siguiente. Aunque pasó por su pensamiento el dejar ya la práctica del fútbol, decidió terminar su carrera en el Discóbolo, el mismo equipo donde se ilusionó de pequeña con poder llegar a ser futbolista. Ahora mismo confiesa no atreverse a decir cuándo se retirará de los terrenos de juego.
“Son muchos los recuerdos de haber estado en clubes de Primera División y de las convocatorias con la Selección Española, de jugar contra gente profesional que vivía de eso, es más, en Zaragoza pude disfrutar durante dos años de la posibilidad de vivir del fútbol, a nivel futbolístico y personal se madura mucho”, rememora Cristina, que asegura a su vez que ‘todo tiene sus pros y sus contras’. “Soy persona gracias al fútbol, al que me he dedicado casi al 100%, dejas de hacer muchas cosas por el fútbol, me acuerdo de todo lo que he dejado de hacer por culpa del fútbol, partidos hay ‘40.000’, pero hay cosas en la vida que son solo una vez”, añadió la guardameta del Discóbolo-La Torre.
En sus inicios balompédicos en Paiporta empezó de jugadora, pero tenía claro que le tiraba mucho la portería. La llamaron para jugar al baloncesto con gente casi profesional, aunque decidió dedicarse a ser portera. En el Discóbolo compaginaba el estar bajo los palos con otra demarcación en el campo. En Zaragoza también llegó a salir de jugadora en dos encuentros debido a las bajas. “Muchos porteros no tienen técnica con el pie” –afirma la arquera del Discóbolo- y a Cristina el ser también jugadora le sirvió para adquirir esa técnica a la hora de sacar el balón jugado.
En esta nueva etapa, es su segundo año en el Discóbolo, que esta campaña pasada logró “un ascenso más que merecido, por renuncias, pero subimos y ya está”. La capitana del club de La Torre manifiesta que su equipo empezó “bastante fuerte la liga y se han hecho fichajes buenos, el equipo comenzó con mucha confianza, aunque luego se perdieron partidos por circunstancias, vino un bache de cuatro partidos perdidos, pero la victoria de la pasada jornada debe servir para levantar el vuelo, pienso que estamos trabajando bien y que existe buena unión en el vestuario”, explicó Cristina, que apunta como claro objetivo “salvar la categoría primero y luego quedar lo más arriba posible”.
Una jugadora como Cristina que ha tocado las categorías superiores, se permite reconocer que en Liga Autonómica “hay equipos como el Marítim, que bajan y se les queda pequeña la categoría, además de que hay nivel en muchas jugadoras y en el estilo de juego de entrenadores”. Eso sí, la futbolista oscense considera que “comparado a Primera División, hay que dar muchos pasos, las mismas jugadoras somos las que marcamos la profesionalidad que queremos hacer, verlo todo por y para el fútbol desde el principio, que haya voluntad, que las jugadoras sean las primeras en apostar por el fútbol femenino, y eso viene de abajo, se enseña desde la base”.
Por cierto que Cristina, además de jugar, dirige al Femenino B del Discóbolo en Segunda Regional, un equipo que se ha hecho nuevo este año, ya que muchas jugadoras se interesaron. La idea de formarlo fue también para abastecer al primer equipo. «Lo único que está la norma que dice que a partir de 22 años no pueden jugar en el A jugadoras que tengan ficha B. De todos modos seis o siete jugadoras entran en la edad y, de hecho, para el próximo partido irán convocadas con el primer equipo una o dos jugadoras del filial, debido a lesiones y demás, es lo bueno que tiene también un filial, que el primer equipo puede tirar de él”, concluyó la guardameta del primer equipo del Discóbolo-La Torre y entrenadora del filial.