No corre para ganar medallas. No corre para ser el mejor atleta. Lo hace por placer, por su compromiso social y para disfrutar de una pasión. Porque en ello va su parte de su persona. Porque ser ultrafondista es un estilo de vida, tal y como reconoce. Pero es bueno. Tanto, que sin buscarlo ha batido el récord de España en ultrafondo, rodando 24 horas seguidas sobre el tartán de una pista en Polokwane, Sudáfrica.
El pasado 15 de abril hizo su sueño realidad completando la prueba de la Copa África realizando un total de 249, 38 kilómetros -algo más de 623 vueltas a la misma pista de atletismo. Gran deportista y mejor persona, Iván Penalba López dejó bien marcada su huella en Sudáfrica. No solo por proclamarse campeón en aquella prueba. Él mismo prefiere restarle importancia. Para este joven atleta valenciano, su mayor logro ha sido el de vivir una experiencia vital que le ha hecho madurar más como persona, si cabe. Y hacerlo portando como bandera su proyecto solidario Creando Sonrisas, el verdadero motivo que le llevó a viajar al continente africano. Tras vivir allí los tres meses previos a la carrera y emprender el viaje de vuelta, Iván Penalba atiende a Golsmedia Sports para analizar cómo fue la experiencia, así de la trascendencia de su proyecto social, que ha resultado ser un verdadero éxito.
¿Cómo se siente después de volver a casa y haber conseguido el récord de España de Ultrafondo?
Muy contento, sobre todo por la experiencia y los tres meses que he pasado allí. Ahora volver aquí es volver a acostumbrarse a todo y a la rutina. Estoy muy feliz por cómo ha transcurrido y finalizado todo. He tenido la suerte de poder quedar allí campeón y hacer el récord de España.
¿Pasaba por su mente realmente conseguir este récord?
No tienes pensado nunca llegar a ese nivel o hacer un récord de España porque es algo muy complicado. Pero sí es cierto que durante la preparación cada vez te ves más capacitado y confiado. Y durante la prueba, cuando llevaba 12 horas, sí pensé que podía hacerlo porque llevaba buena marca. Cada vuelta mi equipo de apoyo me iba diciendo los tiempos, a los kilómetros que estaba el segundo y a cómo estaba del récord.
Correr 24 horas debe dar para mucho. Exactamente para hacer casi 250 km. ¿Qué le decía la cabeza durante la prueba?
Estas pruebas son muy físicas: son 24 horas corriendo. Pero yo pienso que el factor psicológico y mental es incluso más importante que el físico. Mentalmente tienes que evadirte y pensar paso a paso. Yo pensaba en pequeños objetivos de completar 10 kilómetros. Es ir poniéndote pequeños objetivos e ir pasándolos, porque si llevas 100 kilómetros y piensas en todo lo que todavía te queda por correr, se hace una bola que no puedes superar.
¿Cómo se prepara una prueba de este calibre?
Entrenando mucho. El ultrafondo a estos niveles con tantas horas es un estilo de vida. Yo entreno, intento descansar lo máximo posible y es complicado porque tienes que librar otras cosas como la familia, el trabajo o los amigos. Y cuadrarlo todo con entrenamientos tan largos es complicado. Yo entreno todos los días con una doble sesión. Entre las cuatro y las cinco de la mañana la primera y por la tarde, cuando saco tiempo, la segunda. Son muchas horas de que tienes que cuadrar con tu vida cotidiana. Por la mañana hago en ayunas entre 15 y 20 km y por la tarde suelo ir a pista o me meto al gimnasio. Ahora que estoy preparando nuevas experiencias voy más al gimnasio. Combino con ejercicio en bicicleta para no tener tanto impacto en las rodillas. Sobre todo, es entrenar mucho y llevarlo con pasión, que es lo más importante.
La preparación fue además en Sudáfrica. ¿Cómo era el día a día allí y cómo fue su adaptación a una forma de vida distinta?
Era complicado porque era un mundo diferente. El día y la noche el estar aquí y allí: sobre todo en cuanto a la nutrición y al modo de vida. Allí la vida es antes. Se levantan muy pronto; a las tres de la mañana y cenan a las seis de la tarde. Comía cosas que yo aquí nunca había probado. Estábamos en altura y yo nunca había estado así porque estoy acostumbrado al nivel del mar que tengo en Valencia.
«Sudáfrica es un mundo diferente. Comía cosas que nunca había probado. El modo de vida es distinto. Y tuve que convivir con la altura, estando acostumbrado a vivir al nivel del mar»
Las primeras semanas sí fueron complicadas porque me costó aclimatarme. La rutina era levantarse muy pronto para ir a entrenar. Luego desayunábamos, nos íbamos a trabajar. Comíamos. Hacíamos la segunda sesión y ya por las tardes nos relajábamos. Y al día siguiente era lo mismo. Y así estuvimos durante dos meses y medio. Fue bonito, pero también fue muy duro.
¿Algún momento o anécdota especial allí más allá de las pistas de entrenamiento?
Yo tuve la suerte de convivir conmigo con una familia que se portó conmigo fenomenal. Era la familia Van der Merwe. Cada fin de semana viajábamos lejos de Polokwane, la ciudad en la que estábamos, 300/400 kilómetros para hacer maratones en otras ciudades y entrenar con otro tipo de atletas más profesionales. Me quedo con todo tipo de experiencias que vivimos.
«En Sudáfrica he vivido y he visto cosas que te hacen darte cuenta de lo afortunados que somos aquí. Nos quejamos por tonterías y cuando estás en sitios así donde no tienen nada y son felices te das cuenta de que necesitas mucho menos de lo que tienes para ser feliz»
He vivido en el campo; he dormido en el monte; en grandes hoteles. Ha sido una combinación de todo que no podría decirte un momento exacto porque cada fin de semana era un mundo. Ha sido una experiencia brutal.
¿Volverá Iván Penalba a Sudáfrica?
Quiero volver el año que viene. Johan Van der Merwe me propuso que el año que viene debía volver y que me esperaba. Que volvía a estar invitado al Campeonato de África. Si no pasa nada, volveré.
Compartía que su mayor reto no fue hacer el récord de España de ultrafondo sino haber realizado una enorme labor solidaria allí. ¿En qué consistía el proyecto Creando Sonrisas?
Allí llevábamos una acción social que me impactó bastante y que fue la puntilla que me hizo emprender el viaje. Johan y su mujer, que son los presidentes del club de atletismo de la ciudad que es además uno de los más importantes del país, contactaron conmigo. A través de ellos, de los entrenamientos y las pruebas, propusimos a las personas más pobres y desfavorecidas el reto de alejarse de la mala vida. Allí hay poco dinero y hay muchos problemas con las drogas. Nuestro objetivo era realizar una reinserción social con estas personas a través de un plan de entrenamiento.
«Me gusta en cada prueba meter una acción solidaria. De normal hago recogida de alimentos, pero allí no era viable y era complicado»
Nuestra acción social y objetivo era que compitieran en el Campeonato de África. Eso era complicado, pero ellos estaban invitados siempre y cuando cumplieran el requisito de la preparación junto a nosotros. Yo era como un ejemplo para ellos que venía de España para ayudarles a hacerlo. Fue brutal y se me ponen los pelos de punta al comentarlo. Menos dos de ellos que se lo dejaron, los demás fueron cumpliendo. Y luego la mayoría de ellos hicieron 100 millas y cumplieron con su parte. Ellos mismos se dieron cuenta de que había otra vida alejada de esa mala vida. Ha sido una acción que a ellos les ha hecho darse cuenta de que a través del deporte y de rutinas sanas pueden llevar una vida mejor y más feliz.
¿Tiene nuevos retos personales y objetivos para su proyecto Creando Sonrisas?
Ahora estoy entrenando con fuerza, pero no tengo nada en mente cerca. Tengo pruebas de ultrafondo pronto. De seis y doce horas. Me gustaría ir en septiembre al Campeonato Mundial de 100 kilómetros en Croacia. Me gustaría estar allí y realizar una acción social importante porque son pruebas de mucha relevancia y me gusta esto porque puedo ayudar y darlo a conocer.
¿Qué ha pasado con la selección española de ultrafondo?
Antes de irme avisé. El seleccionador y la federación sabían que iba. Nadie me dijo que si iba no iba a poder ir al Europeo. No hay ninguna norma que diga que no pueda. Pero cuando estaba allí, el seleccionador me dijo que si corría más de 100 kilómetros no iba a ir. Y cómo no iba a hacerlo si allí era el ejemplo. Con toda la preparación y la acción social, cómo no iba a hacerlo. Yo corro por disfrutar y porque lo siento, no por europeos o mundiales. Yo no cambio una acción como estas por ir a un Europeo. Para mí es impensable. Hablé con el seleccionador y le dije que iba a correr de todas formas. Que le garantizaba ir en plenas condiciones, pero no lo vio bien. Estoy preinscrito y podría ir por otra vía, pero he tomado la decisión de que, aunque rectifique no iré. No tengo que demostrar nada a nadie. Paso página. Tengo invitaciones de campeonatos nacionales y buscaremos otras pruebas.