La carabela portuguesa parece una medusa, pero no lo es. De hecho otro de los nombres por el que es conocida es precisamente «falsa medusa». ¿Qué es entonces? Una especie monotípica de hidrozoo sifonóforo perteneciente a la familia Physaliidaae.
La frataga portuguesa, otro de sus múltiples apelativos, ha sembrado el «terror» en los mares de la Península Ibérica. Desde hace un par de años, las playas de España se han visto afectadas por su irrupción. Pero no sólo en nuestro país, sino en todas las aguas cálidas del planeta especialmente en las regiones tropicales y subtropicales de los océanos Pacífico e Índico así como en la corriente del Golfo Atlántica.
En los últimos años la carabela portuguesa ha sembrado el miedo en las playas españolas.
Bañistas de las playas de la Comunitat Valenciana han sufrido las consecuencias de su peligrosa y dolorosa picadura. Unos efectos que en los casos más incisivos puede llegar a dejar marcas tremendas en la piel como si te hubiesen azotado con un látigo, tal y como se observa en la fotografía de portada.
A continuación detallamos cuáles son los principales síntomas de una picadura de una carabela portuguesa así como la actuación que hay que llevar a cabo. No te pierdas detalle.
Sus tentáculos, repletos de veneno, pueden llegar a los 50 metros de longitud.
Síntomas
Las carabelas portuguesas atacan al sentirse amenazadas con sus tentáculos repletos de veneno que pueden llegar a alcanzar los 50 metros de longitud. Sí, como leen. 50 metros. Unos tentáculos que se convierten en armas paralizadoras de otras especies a las que inoculan el veneno.
Aunque normalmente los síntomas más habituales son escozor y picor en la zona, donde aparece una reacción alérgica considerable que puede ser tratada después con normalidad, no son los únicos. También hay casos más graves en los que no hay que menospreciar lo mínimo a estos desconocidos animales marinos.
El escozor y picor en la zona son los síntomas más leves.
La picadura de uno de estos ejemplares puede provocar fuertes dolores, vómitos, fiebre, náuseas e incluso en el peor de los casos hasta la muerte. Sí. No es broma. La picadura puede ser mortal. ¿Cuáles son las personas más expuestas a este último caso? Los niños y las personas mayores.
La potencia del veneno es tal que incluso cuando es retirada de la arena donde puede haberse quedado varada tras la picadura sigue estando muy activo. De ahí la importancia de no volver a acercarse en la zona y no volver a tocar a la especie.
Puede causar también fuertes dolores, vómitos, fiebre e incluso la muerte.
Tratamiento
Como se ha comentado con anterioridad aunque cada vez nos familiarizamos más con la carabela portuguesa debido a los casos de bañistas que han padecido su picadura en las playas de nuestro país, sigue siendo una gran desconocida para la mayoría de personas.
Es por ello que a continuación damos unos consejos para actuar en el caso de que en el futuro te pique una de ellas. Aunque esperamos que no sea necesario, peor ya saben ese refrán de «es mejor prevenir que curar». El primer paso que hay que hacer sin duda es retirar los restos de tentáculos que puedan haberse quedado adheridos a la piel.
El primer paso es retirar los restos de tentáculos que hayan quedado sobre la piel.
Ha de hacerse siempre con guantes o pinzas y si no tienes a mano con una tarjeta de crédito o DNI para evitar que el veneno pase también a las manos, algo que ocurre como hemos explicado en las líneas precedentes. Acto seguido acude a un puesto de socorro o una farmacia en el caso de que te pille cerca, si no puedes lavar la zona con agua salada.
Bajo ningún concepto es recomendable utilizar vinagre, como se hace con las picaduras de la medusa común, o agua dulce. Ambos productos acentúan los efectos. De hecho en el caso del agua dulce el contraste de salinidad ocasiona que se libere más veneno y por consiguiente incrementa el dolor. Nada de amoniaco y orina tampoco.
Después lavar la zona con agua salada, la dulce libera más veneno y aumenta el dolor.
Una vez lavada a conciencia la zona, el tercer paso sería protegerse del sol. La exposición solar puede ser muy dañina al igual que rascarse por mucho que escueza o pique, que lo hará. Si tras estos «primeros auxilios» con el paso del tiempo no mitiga el malestar, deberás acudir a un centro médico.
En él, un especialista te prescribirá el tratamiento óptimo que por general suele consistir en cremas con corticoides e incluso la administración de antihistamínicos por vía oral. Y ya por último, y no por ello menos importante, si generase heridas como en la foto de Jano Mecha sería necesario la aplicación de un antiséptico para ayudar a que la herida cicatrice.
Si el malestar no mitiga con el tiempo, en un centro médico te recetarán cremas con corticoides o antihistamínicos por vía oral.