Todo ocurrió en Llaranes, un barrio de la localidad asturiana de Avilés. El partido enfrentaba a alevines del Avilés Stadium y del Deportivo Valdés. Dirigía el encuentro Ana López, una árbitra ovetense de 19 años. Durante el trascurso del enfrentamiento la colegiada recibió gritos, protestas e improperios por parte de algunos padres y madres situados en las gradas.
«Callad y dejar a la árbitra tranquila de una vez. ¿No veis que está llorando? Parad, parad»
Es entonces cuando el portero del equipo local, Diego Pablo, salió en defensa de la joven. Con tan solo 11 años, el menudo guardameta se dirigió a las personas implicadas y les dijo: «Callad y dejar a la árbitra tranquila de una vez. ¿No veis que está llorando? Parad, parad» A raíz de esos comentarios, no se oyeron más descalificaciones. Así lo rememora el joven para el diario ‘El Comercio’: «No sé muy bien lo que pasó… Es que no estaba mirando. Pero no escuché ni una protesta, ni un grito más.»
«En otra ocasión escuché que el fútbol era solo para hombres y que no podía haber árbitras. Eso no debe ser así»
Lamentablemente, estas desagradables situaciones siguen siendo noticia en la actualidad. Diego Pablo añadió que no era la primera vez que escuchaba algo así, y que no entendía por qué la gente se ponía así delante de ellos, que son unos niños. El joven apuntó: «En otra ocasión escuché que el fútbol era solo para hombres y que no podía haber árbitras. Eso no debe ser así».
