El delantero del Inter de Milán, Romelu Lukaku, ha confesado que los jugadores ya tenían síntomas del coronavirus después de Navidad. «La mayoría de los jugadores de la plantilla tosían y tenían fiebre», ha asegurado el belga que además contó que el central Milan Skriniar «estuvo a punto de desmayarse» en un partido ante el Cagliare el pasado 26 de enero.
«Tuvimos una semana libre en diciembre. Volvimos y juro que 23 de los 25 jugadores estaban enfermos, no es una broma. Jugamos en casa contra el Cagliari y después de 25 minutos Skriniar tuvo que abandonar el campo. No pudo continuar y casi se desmaya», reveló Lukaku en un directo en Instagram.
«Tuvimos una semana libre en diciembre. Volvimos y juro que 23 de los 25 jugadores estaban enfermos, no es una broma»
Lukaku tiene claro que todo el equipo pasó el COVID19 sin saberlo. «Todos tosían y tenían fiebre. Yo también estuve mal; cuando tuve fiebre, tuve mucho más de la habitual. No he tenido fiebre en años. Nunca nos hicieron la prueba del coronavirus en ese momento, por lo que nunca lo sabremos con certeza«, añadió.
El delantero belga recordó la incertidumbre que se vivió en Italia antes del confinamiento obligatorio. «Regresé a Italia. Se nos permitió ir a casa por un tiempo, pero rápidamente nos volvieron a llamar. Mi compañero de equipo Diego Godín, por ejemplo, tuvo que coger tres vuelos para llegar a Uruguay. Después de unos días, tuvo que regresar. En nuestro chat grupal con el equipo, todos temíamos la cuarentena de dos semanas», aseveró.
Atalanta-Valencia, la «bomba biológica»
Y con el coronavirus en Lombardía se permitió disputar el partido de ida de los octavos de final de la Champions League entre Atalanta y Valencia. Un encuentro que ha sido muy criticado por diferentes personalidades políticas e incluso por la misma OMS, llegando a calificar el duelo como «bomba biológica».
El partido luvo lugar el 18 de febrero y a los aficionados del Valencia que aterrizaban en Milán les estaban haciendo pruebas del coronavirus. Pese a todo, los trenes y autobuses iban llenos de gente. Los aficionados se abrazaban e intercambiaban cervezas. Tras el partido, muchos aficionados se contagiaron. Según el mismo Alcalde de Bérgamo todos, y también la mayoría de la plantilla del Valencia.
