La historia de Cristian García es una de esas historias que conmueven a todo aquel aficionado que siga con asiduidad el fútbol modesto asturiano. Él es un jugador que, con mucho esfuerzo y sacrificio, ha conseguido superarse a sí mismo y volver a jugar al fútbol después de mucho tiempo. Siete meses han pasado desde que disputase su último partido, el de los cuartos de final del playoff de ascenso a Segunda RFEF contra el Real Avilés. El ’10’ del Caudal Deportivo abandonó aquel día el Estadio Román Suárez Puerta entre lágrimas y subido a una camilla.
el jugador sufrió el pasado 16 de mayo una fractura de tibia y peroné
No olvidarán sus compañeros, ni tampoco sus rivales, aquella desafortunada acción que dejó al ovetense tocado física y anímicamente. Lamentablemente, el club confirmó ese mismo día la fractura de tibia y peroné que hace justo diez años padeció también su paisano David Villa. Sabía Cristian en ese momento que le esperaban unos meses muy difíciles de reposo, fisioterapia y mucho trabajo de readaptación alejado, cómo no, del día a día de sus compañeros sobre el campo de entrenamiento. Por suerte, su entorno le ayudó a no hacer caso a ese pensamiento que se cruzó en su camino, dejar el fútbol.
Gracias al apoyo de sus seres queridos y a su dedicación diaria, el mediapunta logró finalizar el año de la mejor manera posible, tocando balón. Fue así como a Luis Rueda se le ocurrió citarle para el partido en casa ante el Navarro en la víspera del día de Reyes. No contento con ofrecerle un sitio en la convocatoria, el técnico le concedió el privilegio de disputar los últimos 25′. Gracias al apoyo de la grada y a la perlita que le tenía guardado el destino, Cristian volvió a esbozar una sonrisa sobre el césped del «Hermanos Antuña», estadio que ha sido su segunda casa durante los últimos tres años y medio.
marcó en su regreso para darle un punto importante al caudal deportivo en el tiempo de añadido
A base de fe y persistencia, dos herramientas muy potentes que le han acompañado durante su larga travesía, fue capaz el ’10’ de hacer honor a lo que ha sido su carrera deportiva, un idilio constante con el gol. Con 0-1 abajo, Cristian salvó a los mierenses. Y, para añadirle aún más épica a su hazaña, lo hizo en el tiempo de descuento. Recogió un centro perfecto de Bagüés desde el costado y remató al fondo de la red para poner las tablas en el marcador. Regreso inmejorable para un crack que acumula ya cincuenta goles en partido oficial con la camiseta del Caudal.