El 3 de noviembre de 2022 la UD Alzira anunciaba que Marc García se hacía cargo del primer equipo tras el cese de Fran Alcoy. Tras formarse en la cantera del club el técnico alcireño finalizaba su trayectoria como jugador en el Torrent para iniciarse en los banquillos como segundo entrenador del conjunto taronja. Allí comenzó como analista y posteriormente Dani Ponz le llamó en la recta final del curso 2020/21 para ayudarle en su cuerpo técnico y al poco lograron el ascenso a Segunda Federación. Luego sumó una temporada completa con Dani y unos meses con Fran hasta que aceptó el reto de dirigir al club de su vida.
Un reto muy dulce pero también con algo de sabor amargo, «no hay nada mejor y peor que dirigir a la UD Alzira para mí», nos transmite un Marc que ha disfrutado y sufrido mucho en ese banquillo donde al sentir tanto este escudo cada victoria y cada derrota para él era algo más que una victoria y una derrota. Hace unas semanas anunciaba su no continuidad en el banquillo de la UD Alzira, GOLSMEDIA conversaba con él el pasado jueves, aquí nuestra conversación.
«Con Dani Ponz descubrí un nuevo mundo para mí, me llevó a otra altura a nivel táctico… también Luis Escudero me abrió mucho la cabeza»
¿Cómo recuerdas tu llegada al cuerpo técnico de la UD Alzira?
Acabé en un momento determinado mi etapa como jugador. Santí Marín me dice de ir al Torrent para la recta final de la temporada y empiezo a entrenar con ellos cuando justo llega la pandemia que lo suspende todo. La Federación tras la pandemia deja jugar solo el Play-off y no permite hacer más fichas y entonces ya no puedo jugar esa temporada. Ya sabía que si se lograba el ascenso no iba a continuar jugando porque jugar en Tercera no estaba en mi mente ya, entonces me dijo si me gustaría estar en el staff de analista y empecé así. Y luego se terminó la etapa de Santí Marín en el Torrent y me llamó más tarde Dani para que fuese con él a la UD Alzira e imagínate para mí lo que suponía ir a ayudar y aprender a la UD Alzira.
¿Y cómo fue ese click donde te diste cuenta que lo de ser entrenador era algo que te podía apasionar?
Con Dani descubrí un nuevo mundo para mí. Hasta ese momento los entrenadores solo me habían motivado como futbolista pero no como entrenador, Dani me llevó a otra altura a nivel táctico. Ya cuando era sub-23 Dani me cambió la vida, hasta ese momento no me había planteado nada más allá del campo. Luego durante la pandemia recuerdo el volver a jugar al PC Fútbol hasta las 10 de la noche. Y otro entrenador que también a nivel táctico me abrió mucho la cabeza fue Luis Escudero.
¿Cómo recuerdas tu vuelta a casa para trabajar con Dani Ponz en el 2021?
La verdad es que yo he tenido una suerte que me ha acompañado estos años. Llegué a Alzira porque despiden a Santi Marín del Torrent CF, de ahí surgió que estuviese libre y luego otra casualidad que se dió es que Dani me llamara para ayudarle como analista. Se da esa carambola y de repente caigo en un Alzira que va segundo en la liga con Dani a punto de hacer Play-off. Recuerdo que me estrené en un partido ante el Atlético Saguntino, 1-1 finalizó, me acordaré toda la vida de ese partido (7 de marzo de 2021, marcaron Beli y Keita). En ese momento me encontré un Dani super evolucionado como entrenador, con nuevas metodologías y sistemas respecto a lo que yo le conocía de antes. Ascendimos en ese Play-off y comenzamos en Segunda Federación. Ese año la verdad es que al principio nos daba un poco de miedito porque no conocíamos la liga, era una categoría nueva y no conocíamos a los jugadores de los equipos cuando llevábamos años donde teníamos la Tercera super controlada. Caemos en el grupo de los murcianos y castellano y manchegos y fue todo un aprendizaje para todos. Con suerte Dani me delegaba mucho y fue un continuo aprender para mí, me cambió mucho ese año.
«Mi segundo partido fue ante el Athletic Club con Ernesto Valverde en el banquillo rival, ahí volví a tener ese golpe de suerte de en mi segundo partido enfrentarme a un técnico del nivel de Valverde»
¿Y cómo recuerdas ese momento que te proponen dirigir al primer equipo en noviembre de 2022?
Mi idea era ir con Dani al fin del mundo, pero recuerdo a la perfección como Dani nos sentó un día y nos dijo que no sabía cómo iba a ser de fácil el poder contar con nosotros en su próximo trabajo. Me dijo que yo iba a ser padre y que si me podía quedar en Alzira mejor, no sé si lo hizo porque no me quería o pensando en mí (sonríe). Él estaba en un momento incierto y yo finalmente me quedé con Fran, en liga nos costaba ganar y en Copa íbamos bien. Luego llegó ese noviembre donde el club toma esa decisión y me dicen si quiero coger las riendas del equipo. En ese momento sentí que estaba supercapacitado para hacerlo, sentí que tenía la confianza de los jugadores si no hubiese sido imposible hacerlo. Tenía feeling con la plantilla, ellos veía que estaban por la labor de seguir mis ideas y así es mucho más fácil transmitir el mensaje que quieres al equipo. Creía en ese momento que mi entrada podría tener un buen impacto en la plantilla. El primer partido empatamos a cero pero competimos muy bien, el nivel defensivo fue muy agresivo hablando en lo deportivo, pese a jugar ante un equipo fuerte como el Terrassa el equipo dio muy buenas sensaciones. Luego el segundo partido fue ante el Athletic Club con Ernesto Valverde en el banquillo rival. Ahí volví a tener ese golpe de suerte de en mi segundo partido como primer entrenador enfrentarme a un técnico del nivel de Ernesto Valverde en un partido de Copa, pocos entrenadores que no hayan sido jugadores reconocidos antes pueden decir algo así.
Ese año, el pasado a este que finalizamos, terminó con la salvación en Segunda Federación en Mallorca ante el filial bermellón con una remontada final. Vaya momento… ¿Cómo lo recuerdas?
Ese año fue de aprendizaje absoluto. Estuvimos 9 jornadas sin perder al poco de comenzar en el banquillo y luego acumulamos muchos empates, nos volvió a costar sumar victorias. Recuerdo partidos donde merecimos mucho más como el empate en casa ante el Saguntino. Las sensaciones era buenas, pensaba que iríamos como un tiro por lo que veía del equipo pero nos costaba ganar, me vino muy bien ese aprendizaje, esa ostia de estar tantas jornadas sin ganar. La recuerdo esa etapa como la más dura de mi vida porque hubieron muchos resultados creo que injustos, se nos escapaban los puntos al final. Así llegamos a tres jornadas para el final con la necesidad de ganar en el Rico Pérez, yo estaba seguro que íbamos a ganar. Recuerdo que esa semana le llamé a David Chordá (periodista de Alzira Radio) y le pregunté cuantas veces había ganado el Alzira en el campo del Hércules, y me dijo que cero en 100 años que cumplíamos. Veía como estábamos jugando y que el Olot había sido mejor que aquel Hércules en su último partido en casa y estaba convencido de esa victoria. Ganamos en el Rico Pérez en un partido que entró en la historia del club y ganamos al Ibiza en casa para seguir dependiendo de nosotros. Y esos días de aquel partido ante el Mallorca B me los guardo en la tumba. (El Alzira perdía 2-1 en el minuto 77 y remontó con el 2-3 en el minuto 91). Recuerdo cuando Sergio anota el gol que me voy al banquillo a llorar de emoción y recuerdo escuchar los tacos de aluminio de las botas de Soler como vino a juntarse conmigo a celebrarlo.
Hablas de emociones, en esa recta final de aquella liga vimos como llevaste a cabo una actividad donde los familiares de los jugadores se metieron en el vestuario antes de un partido para transmitirles unas palabras a la plantilla, como receta para impulsarles antes del encuentro. ¿Cómo es de importante para tí el trabajar esos estímulos anímicos para la plantilla
Para mí es fundamental. Hay momentos en la temporada que los partidos los ganan los jugadores, otros que los ganan los entrenadores y hay un momento en la temporada que los partidos los gana la cabeza. Estas son iniciativas que se dan más al final de temporada, este año también hemos hecho algunas dinámicas en ese sentido. Ahora todo esto debe venir acompañado de otras muchas cosas que debes hacer durante las semanas con los jugadores para que realmente sirvan. El llevar a los familiares al vestuario antes de un partido no te hace ganarlo, ni perderlo, es un total de muchas cosas que haces y esa es una de ellas que te ayudan a conseguir lo que quieres de los jugadores.
«Me gusta llegar a tener cierto vínculo con los jugadores, ando en ese alambre entre la amistad y el ser su entrenador, me gusta tener mucha confianza con ellos»
En una reciente entrevista en «El Futbolí» de Alzira Radio te preguntaban por la información que le das a los jugadores antes de un partido, tú respondías que cada jugador hay que entenderlo y saber que hay jugadores que le puedes dar mucha información y otros que no, que darle excesiva información sobre el rival, partido… puede ser contraproducente. Dani Ponz, en un reportaje que publicamos en GOLSMEDIA tras el anuncio de tu decisión de no continuar en el club, nos destacaba de tí la conexión especial que tienes con los jugadores. ¿Cómo es esa relación que intentas tener con los jugadores?
Esta es la parte de entrenador que más me gusta, el poder llegar a conocer a los jugadores. Además de informarle de lo que quiero de él me gusta saber cosas de él, de dónde viene, cómo ha sido su vida, que le preocupa, todo ello me permite poder conectar con él, saber que puedo hacer para que de su mejor rendimiento. No es fácil a veces gestionar una plantilla donde hay jugadores de edades de entre 19 a 30 y pocos años donde cada cual está en su mundo vital, son personas totalmente diferentes. Me gusta llegar a tener cierto vínculo con los jugadores, ando en ese alambre entre la amistad y el ser su entrenador, me gusta tener mucha confianza con ellos. Luego para mi es fundamental que el staff se implique mucho. Como antes hablábamos hay partes de la temporada que la cabeza gana los partidos y es por tanto muy importante esa conexión con la plantilla. Creo que si que una de mis mayores virtudes, que no se si tendré más, pero si que la mejor es el saber como conectar con los jugadores.
Pau Linares, compañero de tu staff técnico este temporada, en el reportaje que publicábamos te describía así: «Él es súperexigente y muy autocrítico consigo mismo, un trabajador incansable, un fanático del fútbol…Él es súperexigente y muy autocrítico consigo mismo, un trabajador incansable, un fanático del fútbol». ¿Eres muy exigente con quienes trabajan contigo no?
Agradezco que me recuerden así con buenas palabras en plan positivo y no como una pesadilla, también te tengo que decir que el contexto de la UD Alzira te genera un poco eso. Me explico, en otros clubes un entrenador puede trabajar desde las 8 de la mañana a las 5 de la tarde y luego algún día quedarse algún tiempo más que ya son muchas horas. Yo trabajo en una oficina de 9 a 14 horas y luego debo hacer esas horas de todo lo que supone ser entrenador en el Alzira. Es un trabajo muy sacrificado y me gusta trabajar con gente que es como yo, no tengo horas y solo se que el siguiente partido lo tengo que ganar. Si para ganar el siguiente partido me tengo que ver 7 partidos los veo, si tengo que ver 8 también. Yo reconozco que soy muy intenso en el día a día, que soy inaguantable, pero a veces también eran ellos los compañeros del staff que me hablaban a la 1 de la noche para decirme algo sobre un rival, que también estaban trabajando esas horas. Yo necesito trabajar con personas así, pero creo que no somos «rara avis», algo excepcional, cada vez más los cuerpos técnicos son así.
En tu tiempo como entrenador del Alzira, ¿De la evolución de qué jugador estás más orgulloso de haberle hecho crecer más?
De la evolución como jugador de Pitu. Hay otros jugadores que han rendido muy bien en mi etapa pero estaban más hechos. Por ejemplo Dylan lo he disfrutado mucho pero conmigo no ha evolucionado mucho. Con Pitu si que ha cambiado de posición, no tan pegado a banda, y ha cogido mucha más responsabilidad en la creación de juego. Además Pitu dio un gran paso en el liderazgo en el equipo. Además te diría que Joaquín. Recuerdo al Joaquín que vino y ha pasado a jugar un poco más adelante pero su evolución también ha sido mucho a nivel mental. Él era un futbolista con una trayectoria formativa importante y que dentro se veía como un jugador para estar mucho más arriba que Segunda Federación, era prisionero de esa presión que tenía, en el Alzira le liberamos de ello y da gusto verle jugar. Cuando las cosas no van tan bien en el juego ves como le quita el balón a los centrales y les dice tranquilos que esto lo gano yo. También me siento muy identificado con Marenyá, un tipo increíble, un líder, a mi me encanta este tipo de jugador. Luego te destacaría muchos en rendimiento: Lado, Abraham, Kaiser… pero ellos ya eran jugadores mucho más hechos.
«He entendido tras estos últimos meses de la temporada que el que yo continuase no era bueno ni para el equipo de mi vida ni para mi»
Una anécdota. Quién va habitualmente al Suñer te habrá visto más de una vez esconderte detrás del banquillo, entrando en esa puerta pequeña de acceso al vestuario, cuando el equipo iba a lanzar alguna falta. ¿No te permiten aguantar los nervios que te escondes unos segundos para poder sobre llevarlo?
(sonríe). Bueno eso de esconderme en el balón parado hay que decir que el balón parado es un tema que lleva el segundo técnico y que yo aprovecho a veces para ir al vestuario y ver algunas de las imágenes que nos envían. Tenemos una persona grabando el partido y que nos envía imágenes de los encuentros. Alguna vez si que los nervios te hacen meterte dentro y escucho lo que ha pasado por los gritos de la gente en la grada. Entrenar a la UD Alzira es lo mejor y lo peor par amí. Cuando van las cosas bien entrenar a la UD Alzira ha sido una pasada, los momentos de celebración de una victoria o la permanencia son maravillosos. Luego cuando las cosas van mal aunque la gente no te lo digo ves como los decepcionas. Este es el equipo de mi vida, yo iba con 5 años al campo a ver partidos, he tenido esa responsabilidad de gestionar el fracaso que aquí para mí es mucho más complicado a nivel emocional. Ahora eso sí este tiempo de entrenador en la UD Alzira han sido muchos más los buenos momentos que los malos.
¿Decides no continuar entrenando a la UD Alzira porque necesitas seguir entrenando sin esa presión extra que supone entrenar en tu casa? ¿O por qué ves que en el contexto económico del Alzira es muy difícil conseguir algo más que lo que se está consiguiendo?
Yo he terminado esta temporada muy agotado mentalmente. Este año noté a falta de 7 u 8 partidos que a nivel de cansancio mental estaba al límite. Me di cuenta que llega un momento que tenía el cerebro frito y eso al final te dificulta tomar decisiones. A nivel emocional como decía antes para mi es muy difícil gestionar el ser entrenador del Alzira, no tienes los medios que quieres para crecer, tienes constantemente problemas que debes ir solucionando y esto te genera mucho desgaste. He entendido tras estos últimos meses de la temporada que el que yo continuase no era bueno ni para el equipo de mi vida ni para mi.
«No voy a aceptar ahora el primer tren que pase, eso si tengo muchas ganas de entrenar un proyecto que me motive»
¿Qué hay sobre tu futuro? ¿Tienes claro cual será tu próximo destino?
Es cierto que me he sentado con algunos equipos que se han interesado en conocer mi forma de trabajar. Yo lo que tengo claro que si tengo que entrenar ya será en un proyecto que me llene en todos los sentidos. No voy a aceptar ahora el primer tren que pase. Eso si, tengo muchas ganas de entrenar pero con un proyecto que me motive, que tenga cierta ambición y donde se pueda crecer.
No quiero que se me olvide preguntarte por Toni Hernández, secretario, delegado, una figura imprescindible en la UD Alzira desde hace muchos años. Tu te has referido varias veces a él como tu padre en el Alzira. ¿Qué me puedes decir de lo que ha significado para tí él en este tiempo tuyo de entrenador?
Me preguntas sobre él y ya me estoy emocionando…. Con Toni siempre me he sentido muy arropado, nadie es más del Alzira que él. Siempre que pienso en él nos recuerdo en las escaleras del Rico Pérez, sentados al final de aquella primera temporada mía, llorando los dos abrazados. Nosotros sabíamos que ese tren de la permanencia era muy difícil que volviese a pasar si no ganábamos y ganamos. Solo Toni y mi mujer saben lo que yo he pasado en el Alzira, imagínate, solo ellos dos. Le quiero mucho. Cuando más jodido he estado en el banquillo he mirado a la izquierda y el verle me ha dado tranquilidad, es una persona muy importante para mí.
¿Cómo ves el futuro de la UD Alzira?
Alzira es un club histórico y es un equipo que ha demostrado siempre que puede superar cualquier obstáculo que venga. Da igual el Presidente, el entrenador, futbolistas… todos los jugadores de otros equipos saben que cuando visiten el Suñer sufrirán. No sé que proyecto surgirá, que dinero habrá, pero el equipo que vaya al Suñer la próxima temporada sabe que va a sufrir. La historia no se puede borrar y es más importante que el dinero.
¿Qué huella te gustaría haber dejado en la UD Alzira?
Llegué un poco sin hacer ruido y me gustaría irme igual. No me gustaría dejar huella en el club, el club está muy por encima de mí. Cogía al equipo en Segunda Federación y lo he dejado en Segunda Federación, me voy contento por ello, todo lo demás es propina, extra. No necesito dejar huella, me acordaré de esta etapa en la UD Alzira siempre y ojalá en un futuro se vuelvan a cruzar nuestros caminos. Me voy super satisfecho por el trabajo hecho. Finalizamos la liga en octava posición, estoy contento y te digo de corazón que me gustaría que la próxima temporada el Alzira quedase más arriba, yo seré un aficionado más.
