A pesar de que el partido empezó con una desafortunada noticia, los de Ibi consiguieron volver a celebrar un triunfo, algo que no pasaba desde la primera jornada. Aitor y Francis pusieron en ventaja a los de casa, mientras que el gol del Roda no llegó hasta los últimos minutos. Foto: UD Rayo Ibense.

El duelo empezó con un serio contratiempo en las filas del Rayo Ibense, ya que tras un choque entre el cancerbero y un jugador foráneo, Palopa tuvo que ser sustituido, entrando en su lugar Edu. Sin embargo, la siguiente noticia fue muy positiva para los de Juanjo Martínez, ya que a los diez minutos de juego un córner botado por David Salomé lo envió Aitor Carratalá al fondo de la red. Pudo ampliar la ventaja el Rayo Ibense con un cabezazo de Francis y con una doble ocasión por parte de David Salomé e Ibarra, aunque más cerca estuvo de empatar el Roda con un balón que Javi Rubio estrelló en la madera.

Tras el paso por los vestuarios, el Roda salió decidido a empatar cuanto antes para así tener mayores opciones de darle la vuelta al marcador, logrando batir la portería local en el minuto 50 por mediación de Pibe, aunque el tanto fue anulado por fuera de juego. Sin embargo, lo que llegó fue el 2-0 gracias a un auténtico golazo marcado por Francis, quien controló con el pecho en carrera para terminar poniendo el cuero lejos del alcance del portero. Siguió insistiendo el Roda en busca del gol, pero éste no llegó hasta el minuto 84, cuando Charly Meseguer se sacó de la chistera un bonito tanto de falta directa.

Trató de empatar de forma épica el Roda, pero el Rayo Ibense se defendió bien y vuelve a sonreír tras haber encajado tres derrotas consecutivas en las que además no habían sido capaces de ver portería, imponiéndose ahora a un Roda que afrontaba esta cita en la séptima posición y con el doble de puntos que los alicantinos. Con esta victoria, los de Juanjo Moreno acumulan 9 y se alejan de la quema antes de visitar a un rival directo como el Paterna, mientras que los de Pepe De La Sagra perderán alguna posición antes de recibir a un Torre Levante que no termina de arrancar.