En el fútbol, como en la vida, hay una premisa muy simple que dice lo siguiente: «lo que funciona no se toca». Y es un hecho que el Deportivo Fabril esta temporada ha funcionado como una máquina perfectamente engrasada. El filial blanquiazul ha finalizado la liga regular como primer clasificado del Grupo I de Tercera Federación y ha conseguido el ascenso a Segunda RFEF.
Con él en el cargo, el Dépor consiguió la segunda Copa de Campeones de División de Honor Juvenil de su historia
Todo esto no se podía conseguir sin la aportación de su entrenador: Óscar Gilsanz. El míster es una persona muy querida dentro del organigrama deportivo y también por sus jugadores. Con él en el cargo, el Dépor consiguió la segunda Copa de Campeones de División de Honor Juvenil de su historia y esta campaña algunos de estos futbolistas estaban con él en el filial.
En este contexto, era muy sencillo pensar que el club gallego le iba a ofrecer la renovación, y así ha sido. Eso sí, no le han ofrecido un año más, sino dos. En estas divisiones no es común observar contratos de más de un año, sin embargo, en el RC Deportivo saben que Óscar Gilsanz es una persona necesaria dentro de su estructura, y es por ello por lo que quieren atarlo en corto.
El entrenador tendrá la difícil tarea de afianzarse el próximo curso en Segunda Federación. El filial este año ha tenido una lucha encarnizada con el Arosa SC hasta la última jornada, es decir, para ellos no ha sido un paseo el ascenso a Segunda RFEF, así que esta campaña deberán mentalizarse de que les tocará sufrir, pero también sonreír. Con el fútbol que practican es complicado que obtengan buenos resultados.
Para rematar la faena, después de confirmar esta ansiada renovación el club ya tiene los ojos puestos en el playoff de ascenso del primer equipo. Este domingo se juegan en Castalia el pase a la final por subir a la Liga Smartbank. Ya son muchos años sin el RC Deportivo en el fútbol profesional y la entidad cree que este será el intento definitivo.