El segundo equipo levantinista fue otro coincidiendo con la llegada del entrenador Toni Aparicio. Con el de Enguera en el banquillo, el filial no conoció la derrota en diez jornadas decisivas que le han permitido haber amarrado la división de bronce.
El Atlético Levante UD logró el objetivo de la permanencia en Olot. Tuvo que esperar a la última jornada para certificar la salvación de forma matemática, pero los de Toni Aparicio lo consiguieron en un encuentro nada fácil, ya que el Olot debía ganar y esperar resultados para intentar promocionar por evitar el descenso, una pérdida de categoría que al final no pudo evitar el conjunto catalán. A los granotas les hubiese bastado con un punto en tierras gerundenses, pero para evitar sufrimientos hasta el final, encarrilaron el encuentro y se vinieron hacia Valencia con los tres puntos.
El ‘efecto Aparicio’, desde la llegada del técnico de Enguera al filial granota, devino en la clave de la reacción. Impecable el trabajo del grupo levantinista en los tres últimos meses, en los que de la mano de Toni Aparicio no perdieron ningún partido. Sustituyó a Miguel Ángel Villafaina y estuvo al frente del equipo azulgrana desde la jornada 28. En estas diez jornadas con Aparicio, el filial sumó 4 victorias y 6 empates.
Y ello posibilitó que el Atlético Levante UD consiguiera aferrarse finalmente a la permanencia directa cuando varios meses atrás flotaba en el ambiente la seria posibilidad de descender. Objetivo, pues, cumplido, los granotas remontaron el vuelo a tiempo y disfrutaron con sus prestaciones en el último tercio de temporada. El filial se ganó con todo el derecho del mundo, y bien ganada, su plaza en Segunda División B. La campaña acaba de llegar a su fin y, de cara a la planificación de la siguiente, la entidad levantinista no ha dado a conocer por el momento ninguna información. Está por ver cómo se va configurando el nuevo proyecto del filial, una vez asentado en la categoría.
